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El helenismo de Albert Camus
Con el título antepuesto, Albert Camus (1913-1960) merece un estudio más serio y profundo que aplazo para más descansadas horas y cuyo esquema podría ser Ia comunicación que nos ocupa. «Je me sens un coeur grec» ', contesta Camus en una entrevista escuchada y publicada por Emile Simon en «La Revue du Caire», en 1948. Sincera confesión rotunda que nos invita a un periplo por los procelosos océanos del premio Nobel. De 1930 a 1936, Camus cursa estudios universitarios que corona con Ia tesis de licenciatura que lleva por título Métaphysique chrétienne et Néoplatonisme y estudia las conexiones del Helenismo y del Cristianismo a través de las obras de Piotino y de San Agustín. No es fácil valorar este trabajo, ni Io puedo intentar siquiera; creo, no obstante, que se puede afirmar que revela Ia inquietud juvenil de un varón nacido cerca de Ia cuna de San Agustín, una inquietud religiosa y filosófica que no abandonaría nunca al egregio escritor francés. En medio de sus estudios universitarios, Camus escribe Essai sur Ia musique (1932), ensayo en el que trata de Ia serenidad griega y de Io apolíneo y de Io dionisiaco. Terminada Ia tesis mentada, Camus lee a Epicteto (1936), lectura que repite y completa con Ia de los demás estoicos griegos y latinos en 1939, año que el eximio escritor recuerda con justeza como
«Pannée de Ia guerre» para añadir al punto—, «je devais m'embarquer pour refaire Ie périple dTJlysse. A cette époque, même un jeune homme pauvre pouvait former Ie projet somptueux de traverser une mer à Ia recontre de Ia lumière» 2 , 1 Albert Camus, Essais, Bibliothèque de Ia Pléiade (Gallimard y CaImann, Lévy 1965) 380. 2 El mismo, o. c., 842.
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