|
El senequismo de Lactäncio
Séneca nunca habló sistemáticamente de sí mismo, sin embargo en sus escritos encontramos bastantes datos del filósofo cordobés, porque él mismo, unas veces con alusiones y otras directamente, nos Io consigna. Por eso podemos extraer de sus obras una gran riqueza de pormenores para reconstruir su accidentada vida. En particular son de gran valía en este sentido Ia Consolación a Helvia y las cartas a Lucilio. Téngase también en cuenta que a veces cuando él habla de modo impersonal se refiere a sí mismo. Para estudiarle, bien sea en su doctrina, bien en su persona histórica, debe prescindirse en primer lugar de las leyendas, tales como las relaciones con San Pablo, o Ia de considerarle un insincero hipócrita, porque, se dice que Ia conducta de su vida no era equivalente a su enseñanza. Luego han de eliminarse también una serie de prejuicios: que tiene más de retórico que de filósofo, que no es pensador original, que es un mal escritor, etc. Para abordar un trabajo profundo del maestro de Nerón no basta con el estudio de las obras íntegras que de él se conservan hoy; han de leerse asimismo otras que redactó y de las que conservamos fragmentos precisamente por Ia solicitud cultural de los Padres de Ia Iglesia y otros escritores cristianos y paganos. Estos fragmentos los ha recogido en su mayoría el especialista en Séneca Federico Haase '. Por estos escritores conocemos las obras senequistas, hoy desaparecidas: De forma mundi, Exhortationes, De officiis, De immatura morte, De superstitione dialogus, De matrimonio, Orationes (discursos), Epistolae, Moralis philosophiae libri, Formula vitae honestae, etc. Haase refiere y recoge citas tex1 L. Annaei Senecae opera qiiae supersunt supplementum (Lipsiae 1902).
|