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EL DIOS DE LOS FILÓSOFOS
«Dieu d'Abraham, Dieu d'Isaac, Dieu de Jacob, non des philosophes et savants» 1.
Nos preguntamos qué interés puedan tener o qué capacidad aclaratoria aporten las referencias bíblicas, directas o indirectas, en Ia obra de Descartes, El asunto mismo ha de suscitar por fuerza cierta extrañeza. Muy pronto, si no en el orden cronológico, sí en el de los pensamientos quedan las cosas claras: En cuestión de Teología, que no es otra que cómo ganar el cielo, tan expedito está el camino a los más doctos como a los ignorantes y poco se puede esperar de Ia debilidad de los razonamientos siendo así que las verdades reveladas que allá conducen están por encima de nuestra inteligencia2. Por otra parte, entre Descartes y nosotros ha ocurrido un largo y laborioso trabajo de ilustración que sometió a Ia revelación a las exigencias de Ia crítica racional e histórica. No sé si no habría que suscribir Ia opinión del que piensa que esa es una batalla de retaguardia, testimonio de quien no tiene el valor de renunciar a conceptos largamente anticuados. Más aún, el tema ha sido reiteradamente abordado en trabajos puntuales tanto como en exposiciones generales en las que no puede faltar algún capítulo dedicado a las relaciones de Descartes con Ia Religión 3. Es obvio que nuestro interés ya no puede ser exactamente ese. Se perfila empero como exploración
1 B. Pascal: del relato hallado después de Ia muerte cosido a su jubón. 2 DM, 1.a, Vl, 8, 8-17. 3 F. Alquié, La découverte métaphysique de l'homme chez Descartes, Paris, 1950; J. Laporte, Le rationalisme cartésien, Paris, 1950; L. Brunschvicg, Descartes et Pascal lecteurs de Montaigne, Neuchatel, 1942; R. Lefèvre, L'humanisme de Descartes, Paris, 1957; H. Gouhier, La pensée religieuse de Descartes, Paris, 1924; R. Pintard, Le libertinage érudite dans Ia première moitié du siècle xv/;, Paris, 1943; L. Laberthonniere, Etudes sur Descartes, Paris, 1935.
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