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EL P. RAMIREZ ESCRIBE SOBRE ORTEGA *
por GUILLERMO FRAILE, O. P.
¿No es verdad, amigo lector, que a usted Ie encanta leer a Ortega y Gasset? A usted Ie gustan los conceptos claros, bien definidos, taUados con precisión de camafeo. Sabe paladear Ia belleza de un estilo fluido, limpio, castizo, que se desenvuelve con ritmo juvenil de andantino sostenuto. Sonríe levemente cuando tropieza de improviso con Ia gracia fresca de un adjetivo exacto, de una metáfora justa, que se levanta con sorpresa de alondra mañanera sobre los pardos surcos de CastiUa. Usted, lector asiduo de literatura moderna, sabe apreciar el mérito de unas cuantas palabras bien combinadas, redes impalpables en cuya sutileza queda apresado, sin esfuerzo aparente, el vuelo trémulo de unos conceptos que más de una vez usted había intentado en vano capturar. Lo que usted sentía, y no había sido capaz de expresar, Io encuentra de pronto, temblando como una gota de luz, en el fanal transparente de una metáfora feliz. Cuando usted lee a Ortega escucha un lenguaje filosófico inteligible. Usted siente un indefinible estremecimiento, al ver que los conceptos más abstrusos parecen briUar con silencioso chisporreteo de joya. Usted se complace en ver las ideas más difíciles irse desanillando, sin ruido y sin prisa, y ascender como espirales ingrávidas en el azul del pensamiento. Usted se siente guiado, con suavidad, pero con firmeza, por una mano experta que en los anaqueles del museo de Ia Historia Ie va mostrando momias que parecen revivir al contacto con Ia varita mágica de una palabra de luz. Admira usted una filosofía que no se deja petrificar en fórmulas anquilosadas, sino que busca para vestirse el retal más policromo de Ia moda de cada dia. Pero, bueno, ¿no es cierto también que, después de una lectura prolongada, usted acaba por aburrirse un poco de Ortega? Usted se adentra por el tupido boscaje de los seis volúmenes de sus Obras completas. A cada paso queda sorprendido por el raudo aleteo de un problema fi* RAítíREz, Santiago, O. P., La Filosofía de Ortega y Gasset. Barcelona, Editorial Herder, 1958.^474 p. «Salmanticensis», 5 (1958).
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