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Iago Ramos Fernández
1. Rousseau y los rousseauistas Durante la jornada de estudios del Équipe J.-J. Rousseau del 10 de abril de 2010, Christophe Van Staen reclamó que se adoptase una actitud científica en el estudio de la obra de Rousseau como regla general. La ponencia, publicada bajo el título “Ponerse la piel del gato que araña a falta de poder ser él”1 atacaba la necesidad de explicar cómo es el Rousseau del que vamos a hablar y el reducto de apelar a una proximidad simpática hacia su persona como justificación de una lectura más o menos acertada. Su intervención nos animó a considerar la existencia de una crítica emotiva de Rousseau, lo que se tradujo en volver sobre distintas monografías que ya conocíamos a comprobar cuán común es el método de apropiación hermenéutica del autor y, ya advertidos, comprobar en lo sucesivo que esta tendencia está muy difundida en la erudición rousseauista. Nuestra observación se puede resumir como un intento de reforzar o mediar la interpretación propuesta a través de algún tipo de empatía con Rousseau, ya sea por medio de un enjuiciamiento a su biografía o con el relato de la relación entre comentador y comentado. Un método que es cuanto menos peculiar y que hay que sopesar los términos de su pertinencia. Para emprender nuestro propio camino, volvimos sobre el de Van Staen. Nos dimos cuenta entonces de que no habíamos entendido la referencia de su crítica y que la búsqueda que habíamos emprendido tenía poco que ver con lo que él comentaba. No conocíamos el trasfondo de la ponencia que presenciamos en el anfiteatro Milne Edwards y habíamos extendido los ejemplos más allá de los límites de su contexto dirigiendo la denuncia hacia un objetivo distinto del que tenía en mente el belga. Tal vez por sentirnos interpelados en tanto que rousseauistas, habíamos endosado la crítica a una tradición a la que pertenecíamos cuando la vía por la que avanza el análisis del belga tiene como marco un debate concreto. Van Staen se posiciona ante la aparición de un nuevo método en la interpretación de Rousseau y que se intente defender la necesidad o no de adoptar este cambio con argumentos emotivos. Construye su crítica sobre trabajos anteriores como “La careta o la carne”2 o “Un ‘pensamiento sobre lo vivo’ dinámico y heterogéneo. Reflexiones sobre el Rousseau de Christian Destain, Jean-Luc Guichet e Yves Vargas”3, en los que defiende que se ha producido este cambio metodológico.
1 En Rugosité de Rousseau; Montmorency: SIAM-JJR 2011 (Etudes Jean-Jacques Rousseau, n.18), pp. 9-24. 2 C. Van Staen, “La masque ou la chair” en Revue philosophique de Louvain 106, nº3, 2008. 3 C. Van Staen, “Une ‘pensée du vivant’ dynamique et hétérogène. Réflexions sur le Rousseau de Christian Destain, Jean-Luc Guichet et Yves Vargas” en Revue belge de philologie et d’histoire, tome 84, fasc. 4, 2006. pp. 1141-1159.
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