|
EL ASUNTO DEL YO EN LA HLOSOFUV ESPANOLA DEL SIGLO XX
INTRODUCCIÓN ¿Vivimos en una época sin filosofía? Seguramente, por imposibilidad natural, no. Es ya una evidencia histórica el giro del saber postrenacentista. F. Bacon Io toma así en su intento por ofrecer un nuevo método capaz de garantizar el desarrollo riguroso de un sistemático control y explotación de Ia naturaleza: «las ciencias hoy no nos enseñan ni a hacer nuevas conquistas ni a extender nuestra industria»; mas, en cambio, «no hay signo más cierto ni de más consideración que el que deriva de los resultados», con Io que hay que concluir que «no hay para las ciencias otro objeto verdadero y legítimo que el de dotar Ia vida humana de descubrimientos y recursos nuevos» l . Lo cual en los últimos años se complica con Ia mayor deificación del dinero. Con su conversión en cedazo que separa Io útil de Io inútil. Lo útil es rentable, Io inútil no es sino Ia sanguijuela del capital. La filosofía, por definición y naturaleza, es Io no rentable monetariamente, Io que se origina cuando ya han sido cubiertas las necesidades primeras/primarias —nos dice Aristóteles que los primeros pensadores «filosofaron para huir de Ia ignorancia, es claro que buscaban el saber en vista del conocimiento, y no por alguna utilidad. Y así Io atestigua Io ocurrido. Pues esta disciplina comenzó a buscarse cuando ya existían casi todas las cosas necesarias y las relativas al descanso y al ornato de Ia vida. Es, pues, evidente que no Ia buscamos por ninguna otra utilidad»—; necesidades en orden a Ia subsistencia corporal, ya que podríamos discutir qué es una «necesidad primera», o cuál es Ia «primera de las necesidades». Porque, y de esto se trata, las preguntas primeras, esenciales y de mayor importancia humana pertenecen al orden del filosofar. Ciertamente no dan dinero, en general, como sí Io daría el remedio de alguna enfermedad aún no descubierto. Es innegable que todo Io relacionado con Ia
1 F. Bacon, Nouum organum, Sarpe, Madrid 1984; I, § 8, § 73, § 81.
|