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El presente trabajo es una reflexión sobre las claves que han hecho posible que en pocos días y de forma no coordinada, centralizada, o prefijada, fieles y sacerdotes hayan continuado su vivencia de la comunión eclesial por medio de las redes sociales.
Las nuevas tecnologías y las redes sociales han creado las bases de una nueva cultura que ha posibilitado la complementariedad entre la comunicación física y la comunicación digital. Los fieles ya no tenían solo la posibilidad de conectar con la "señal institucional" que se pudiera emitir, por ejemplo, a través de la televisión clásica, sino que y, sobre todo, existe una nueva interacción entre emisor-receptor de tal modo que a veces es difícil hacer la precisión neta entre emisor y receptor.
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