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EL DEPORIE, SMBOLO
DE LA PAZ
Una de las manifestaciones más importantes de Ia vida griega —tanto en el orden social y político, como en el cultural y religioso— eran los certámenes atléticos que, enraizados en el instinto de superación y perfeccionamiento, connatural al pueblo helénico l , absorbían totalmente las preocupaciones de las masas de entonces, con mayor obsesión todavía de Ia que, por los ejercicios físicos, se observa en nuestros días.
El apóslol deportisla.
Aquel Apóstol que pudo escribir, con mentalidad netamente universal y ecuménica, a un pueblo imbuido en los deportes, «me he hecho todo a todos, para por todos modos salvar a algunos» *, fiel a esta amplitud de miras, introdujo en el Nuevo Testamento el léxico deportivo de su época, discerniendo en él un instrumento apropiado para Ia propagación de Ia verdad revelada. Los púgiles, desfilando por Ia fantasía de los oyentes, merced a Ia viveza de las expresiones y a Ia plasticidad de las imágenes paulinas, predisponían favorablemente al público para recibir el mensaje del Cristianismo.
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Cf, HoMERO, IL 6, 208; Ps.-PLATÓN, Epin. 987e.
/ Cor. 9, 22, Esta frase se encuentra precisamente antes de presentar el cuadro deportivo más detallado del epistolario paulino, vv. 24-27. Los Corintios, por su emplazamiento en el Istmo, estaban familiarizados con Ías competiciones gímnicas, que tenían lugar cada dos años. Hemos traducido del original, según Ia lección más autorizada de los códices mejores y más numerosos, hoy generalmente seguida, Toí; ^uoiv ^áyova -avTcc, tva ^ávtüK Ttvaç awoo.>. El «ut omnes (rtmaç) facerem salvos» de Ia Vulgata, que reproduce Ia versión de Nácar-Colunga, sólo está corrobado por dos códices de rota (DQ).
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