|
ETICA EN LA BAJA EDAD MEDL^
EL TRATADO «DE REGDMINE PRINCIPUM», DE EGIDIO ROMANO, Y SU PRESENCUV EN LA BAJA EDAD MEDIA HISPANA
En el último cuarto del siglo Xlil se dio una fermentación excepcional de ideas. Circunstancias a que he de referirme obligaron a los maestros del tiempo a reordenar Ia enseñanza teológica y a reclasificar los saberes. La teología había alcanzado desde mediados de dicho siglo su cima de sistematización universitaria. Ello se hizo posible sirviéndose de una concepctualización deudora de Ia filosofía de Aristóteles. A Io largo de Ia centuria esa filosofía, vista con recelo por los maestros más tradicionales, será objeto de varias condenas por parte de Ia jerarquía eclesiática. La más seria de ellas tendrá lugar en 1277 i. Posteriormente, aunque se preserve Ia terminología usada, se cuestionará su entramado de fondo, ensayándose, a resultas de ello, caminos alternativos para Ia exposición de Ia sacra docírína. El clima efervescente de Ia universidad por esos años es el que Egidio vive en París cuando hace sus estudios e inicia su docencia. Tener en cuenta esa situación no es irrelevante para entrar al estudio de su obra. Esto supuesto, Ia exposición tendrá dos apartados. En el primero se ubica De regimine principum en el tiempo en que se escribe y en Ia biografía de su
1 Condenas de Ia filosofía peripatética, sobre todo de Ia física, había habido otras, al menos desde 1210. Mas fue Ia del 77 Ia de mayores consecuencias. Cf. F. van Steenberghen, La philosophie au xill siècle, Louvain-Paris 1966, pp. 357 ss.; Id., Aristotle in the West, Louvain 1955, pp. 198 ss.; ver Ia sección monográfica sobre esta contienda (varios autores) en Cuadernos Sa/mantinos de Filosofía, IV, 1977. La condena (7 de marzo de 1277) hecha por E. Tempier, obispo de París, aunque de alcance local, tuvo amplia resonancia; no puede olvidarse que Ia agitación doctrinal que conmovía Ia universidad parisiense creó preocupación en Roma, y que Juan XXI ff>edro Hispano), papa a Ia sazón, solicitó información al respecto (18 de enero del mismo 1277). El obispo Tempier no pecó de negligente. Por eI contrario, procedió a usar su autoridad y elaboró un sy//abus de 219 proposiciones sacadas de Ia enseñanza de los maestros de Ia Facultad de Artes, alcanzando a ciertas doctrinas del propio Tomás de Aquino, muerto tres años antes (cf. Steenberghen, Aristotle in the West, p. 213).
|