|
FICCION, REALIDAD Y EXISTENCE
1.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
De Ia predicación pueden seguirse paradojas sorprendentes. Todo el mundo sabe que no hay rey en Francia y, sin embargo, se puede decir: «El actual rey de Francia es calvo». Pero si no hay rey en Francia, ¿cómo es que podemos predicar de él que es calvo o de cualquier otro modo? ¿De qué estamos hablando entonces cuando hablamos de «el rey de Francia»? Obviamente esta oración infringe el principio de existencia, porque dice Io que dice de una entidad que no existe. Porque evidentemente, como vio Austin, si alguien sostiene que «el gato está sobre el felpudo», naturalmente supone (i) que existen gato y felpudo, y (ii) que cree Io que dice (sería absurdo que dijera «el gato está sobre el felpudo, pero yo no Io creo»). Supuesto, pues, el caso de que quien emite Ia oración conoce que ésta carece del requisito de existencia y, por tanto, no cree en Io que Ia oración dice, ¿a qué se refiere entonces cuando Ia dice? Porque es también evidente que Ia oración es significativa. Todo el mundo entiende Io que se dice; Ia oración no resuena como un sinsentido incomprensible gramatical y semánticamente. Y, por otro lado, y puesto que no hay rey en Francia, ¿será falso decir que éste es calvo? ¿O no será ni verdadero ni falso? Y planteado el problema desde una perspectiva más general, cuando el novelista narra, inventa personajes y situaciones, ¿a qué se está refiriendo si sus personajes y situaciones obviamente no existen? ¿O se está refiriendo única y exclusivamente a sus imágenes mentales? ¿O quizá va más allá de éstas y se refiere a ciertas entidades no mentales? Y, por su parte, el lector cuando lee y comprende Io que lee, ¿acerca de qué o de quién lee? ¿Acerca de nada? ¿Acerca de entidades internas a su propia mente? ¿O acerca de entidades que trascienden su propio acto psíquico de pensar? Porque, en efecto, cuando el profesor de literatura estudia y se refiere a «Don Quijote» y escribe trabajos en revistas científicas sobre Don Quijote, ¿está escribiendo tan sólo sobre sus propias representaciones?; ya que, naturalmente, no puede estar escribiendo sobre las representaciones de Cervantes, puesto que él no es Cervantes y, como es evidente, las imágenes mentales son estrictamente privadas e individuales. Y aún más, ¿y Io que dice el crítico, es falso o verdadero o, por el contrario, sus
|