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CRITiCA DE LlBROS
El exilio español de 1939. Obra dirigida por José Luis Abellán. VoI. I, La emigración republicana de 1939 VoI. II, Guerra y política. VoI. III, Revistas, pensamiento, educación. Ediciones Taurus, Madrid 1976. Se cumplen por estas fechas treinta y ocho años del exilio republicano, hecho de capital importancia en Ia reciente historia española. Ha sido necesario que transcurra todo este tiempo para que se intente una recopilación, Io más completa posible, de aquel «éxodo» que abrió un abismo en Ia vida española y cuya conclusión, felizmente, está próxima. La obra completa constará de seis volúmenes, de los que ya han salido los tres primeros, y está al cuidado de José Luis Abellán, profesor de Historia de Ia Filosofía Española en Ia Universidad Complutense que viene, desde hace tiempo, dedicándose al estudio de Ia cultura española. En Ia presentación general el Profesor Abellán cuenta las vicisitudes por las que fue pasando el proyecto hasta hacerse realidad, Se delimita el fenómeno migratorio de 1939 distinguiendo entre el exilio republicano propiamente dicho y Ia emigración del franquismo, es decir, los que abandonaron España después del 39. El propósito fundamental de Ia obra no es otro que el «intento de recuperación intelectual de los protagonistas de Ia emigración, pero dejando bien claro que esa recuperación no tiene el carácter 'oficial' que tuvo en los últimos años del régimen de Franco, cuando éste intentaba capitalizar en su propio beneficio el prestigio intelectual y moral de algunos de nuestros emigrados, aprovechándose cínicamente del estado de vejez y de nostalgia que muchos años de alejamiento forzoso de Ia patria había provocado en tales hombres>. La necesidad de recuperar algo que siempre habla sido nuestro y que constantemente nos han estado negando resulta obvio a Io largo de toda Ia obra. Tras el tiempo de silencio (empleando Ia agudísima frase de Martín-Santos) viene el tiempo de Ia recuperación, entendiendo ésta, como acertadamente se dice en Ia obra, en su sentido etimológico de «volver a tomar o adquirir Io que antes se tenía», es decir, como reintegración de Io perdido de una tradición cultural concreta. Y en este sentido Ia obra pretende devolvernos, reintegrarnos, aquello que jamás debió salir de nuestra geografía. La España «peregrina», Ia España «ausente», Ja España «viajera» (cuánta riqueza expresiva encierran cada uno de estos adjetivos), se convierte así en Ia España -real y verdadera» que camina con esperanza hacia unas nuevas cotas de libertad. Si esta nota, Ia recuperación de un pasado inmediato que nos estaba vendado, es el eje fundamental que mueve Ia obra, hay otro aspecto que no merece ser desdeñado pues casi Io iguala en importancia: Ia actitud de México para con los republicanos españoles. No quisiera caer, pero es inevitable, en Ia trampa fácil de sacar a relucir el nombre que este país tuvo antes de Ia emancipación: Ia Nueva España. Porque esto fue México para los exiliados: una «nueva España» donde pudieron rehacer su vida sin sentirse extraños, extranjeros. AsI Io ha reconocido uno dé nuestros exiliados, Francisco Giral, en Ia parte de Ia obra que Ie corresponde: «Si en Ia historia de Ia humanidad pudiera imaginarse Ia gesta ideal de un país que tomase a su cargo Ia defensa —en todos los niveles y en todos los tiempos— de Ia Legitimadad cívica de otra nación agredida y menospreciada, ultrajada y destrozada por gran parte del mundo, eso ha sido —imaginación ideal convertida en grandiosa realidad— Ia gesta política de México en relación con Ia República española». En el primer volumen Vicente Llorens, uno de nuestros ilustres exiliados, lleva a c a b o u n estudio diacrònico del fenómeno emigratorio en Ia España moderna
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