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A pesar de los trágicos acontecimientos que nos han separado, por lo menos jurídicamente, de vuestra Iglesia, hay una verdadera continuidad en la cristiandad inglesa a través de los siglos, que hace difícil mirar hoy nuestra vida cristiana como esencialmente separada de la que fue nuestra en los tiempos en que fue una con la Iglesia de España. Esta continuidad es evidente especialmente en el campo de la espiritualidad; y se hace más claro si comparamos la espiritualidad de ambas en lo que podríamos llamar la época clásica en la Historia de la espiritualidad inglesa —la de los siglos XIV y XVII—. Encontraremos por lo menos nueve constantes en cada una de las dos Iglesias, nueve constantes que florecen en todo: las raíces bíblicas de nuestra piedad, la "síntesis especulativo-afectiva", un hondo sentido de la vida común, un sano optimismo cristiano, la liturgia es en la Iglesia de Inglaterra el fundamento y la fuente principal de la espiritualidad, el hábito del recogimiento, la dirección espiritual es muy apreciada en la espiritualidad anglicana, a pesar de lo inadecuado de nuestra moral, el moralismo del magisterio Anglicano se ha hecho casi proverbial, la calidad mística en la literatura religiosa inglesa de la Edad Media nunca ha desaparecido del temperamento religioso inglés.
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