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NO ES OSCURO EL 3, 3, 2 DEL «ADVERSUS HAERESES» DE S. IRENEO
por JULIO CAMPOS, Sch. P.
Leyendo una vez más el barajado pasaje de S. Ireneo en Ia 'hermosa edición francesa del libro UI del Adversu3 Hwereses, publicada por el P. F. Sagnard, O. P., en Ia Colección de «Sources Chrétiennes», notamos con satisfacción que da una traducción, a nuestro juicio, correcta; pero como si no estuviera muy seguro de ella, luego en extensa nota al pie de Ia traducción, y más profusamente en el Apéndice A con dos largos apartados, dedica seria atención a los últimos ensayos que hasta esta edición de 1952 han aparecido. Además de éstos, han visto posteriormente Ia luz pública otros estudios sobre el mismo tema, que tratan de aclarar y hacer inteligible el famoso pasaje, que ha sido y sigue por Io visto siendo para algunos Ia crux interprePum. Si de por sí ofrece alguna duda, creo que aún Io han hecho «crux piu tormentata» los prejuicios, sutilezas, retorsiones, con que han enredado y alambicado su pensamiento las múltiples combinaciones1 que se han ideado de su texto, y otras explicaciones que en torno del mismo se han cavilado. Y, después de leerlo y estudiarlo, tiene uno que preguntarse para sus adentros, si no Io habrán embrollado más que aclararlo con tal y tanta literatura, creando sobre el mismo problemas que no existen, es decir, armando andamlos de 10 metros para levantar una pared de cinco. Para interpretar con acierto y seguridad un pasaje cualquiera, una vez establecido su texto y autenticidad, hay que atender a su vocabulario, a Ia construcción sintáctica y estilística, al contexto precedente y subsiguiente, y al paratexto o lugares paralelos.
1. P. VERNBT, Dict. cíe Theol. cath., s. v, Iren., 2.431-2.438. cSalmantlcensls», 9 (1962).
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