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PENSAMIENTO BARROCO, PROYECTO INTELECTUAL AMBIGUO CON ATENCION ESPECIAL AL PENSAMIENTO PRACTICO Por barroco puede entenderse una época histórica; también una forma cultural. Dentro de ésta, cabe considerar los temas que Ia preocupan y Ia mentalidad que Ia define. En las páginas que siguen tendré en cuenta Ia época y su cultura, aunque directamente me interese captar de esta última, no este o el otro tema, sino Io que, en común, puede denominarse su estilo. Supuesto Io cual, mi enfoque será formalista. Dejaré de lado, al menos in recto, Ia datación de contenidos y cuanto toca a filiaciones genéticas o condicionamientos materiales. Me interesa Ia forma interna del barroco y Io que intento es espumar sus rasgos típicos. Tomaré en cuenta de modo especial Ia cultura de ideas no el arte o Ia literatura, por Io que el estilo de referencia afectaria a la/orma mentís, al «modo de pensar» que subyace a esa mentalidad, distinguiéndola de otras unidades culturales. Es Io que sugiero en el título al hablar de «pensamiento barroco». No me interesaré, repito, por los tópicos que somete a estudio, sino por cómo Io hace, cuál es su juego intelectual, cuáles sus apoyos y el horizonte paradigmático en que se mueve, cuestión que Ortega considera de gran relevancia: no Io pensado en una doctrina, sino el modo de pensarlo, no el cuerpo de Ia obra sino Ia forma de Ia actividadl. Junto con esa restricción, que puede considerarse longitudinal, he de hacer otra, en este caso transversal. No puedo tener en cuenta el asunto en su universalidad. Sin dar por entero de lado sus manifestaciones en otros países, adoptaré el punto de vista que al caso se ofrece desde España (extensible a Hispanoamérica, aunque no me ocuparé de esto). En otro sentido, no obstante, mi enfoque amplía el cuadro. Me inclino a admitir que las características definitorias en cuestión dan el perfil de una figura culturalmente recurrente 2.
1 J. Ortega y Gasset, La idea de principio en Leibniz y Ia evolución de Ia teoría deductiva, en Obras, VIII, pp. 70-71. 2 Sobre Ia continuidad o discontinuidad entre Renacimiento y Barroco reina notable confusión. La estética y crítica del arte alemanas han tendido a diferenciar los estilos, dando
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