|
Actualmente, el cáncer constituye un importante problema de salud a nivel mundial y
no cabe duda que su padecimiento afecta al ser humano en múltiples aspectos de la vida como
las relaciones interpersonales, la imagen corporal, así como a la esfera laboral, por lo que su
diagnóstico produce en la persona que lo padece un gran impacto emocional.
Una de las causas más importantes que interfieren en este impacto emocional, es la
causa social, debido a que, sabemos que es una de las enfermedades que tiene mayor
connotación negativa y que incluso, se ha convertido en un estigma en la población (Piqueras,
2017; Rodríguez, 2017). Esto hace que en ocasiones se utilicen expresiones que evitan referirse
a la enfermedad, como cuando en los medios de comunicación se habla de la muerte de algún
personaje público después de “una larga enfermedad”. El marco teórico en el cual se engloban
estas creencias se denomina Teoría de las Representaciones Sociales, y fueron denominadas por
Moscovici (1979) como “teorías del sentido común”. Este autor intentó revelar la forma en que
las personas construyen y son construidas por la realidad social, e indicó que la cultura a la que
se pertenece, así como la información que circule en ella, inciden en el comportamiento de la
vida cotidiana de los sujetos.
De esta manera, estas creencias socialmente construidas, pueden modificar las
actitudes de las personas y, por tanto, de forma muy concreta, se verán reflejadas en la forma
de prestar cuidados de calidad y en el desarrollo de habilidades no técnicas que los profesionales
sanitarios proporcionan a sus pacientes
|