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CREENCL·V Y CREACION EN EL PENSAMIENTO DE GREGORIO MARAÑON
INTRODUCCIÓN
En otro lugar me he refendo a Ia consideración de Marañón como moralista, si por tal se entiende, según Ia expresión de Laín Entralgo, «el libre considerador de Ia vida humana con un propósito fundamentalmente ético»1. Marañón, además de «médico de España», dio en efecto curso a esa libre consideración de Ia vida humana como escritor de ensayos en prosa perfectísima, que Ie convirtieron en escritor y moralista. Ensayos en los que vertió al tiempo aquella visión de Ia realidad que implicaba un modo de entender el mundo y el hombre sólo posibles al hombre de fe. Marañón, el médico y el ensayista, el historiador que fue y abrió camino a Ia biografía biológica, con genial capacidad de introyección en los personajes por él investigados, se acercó a los hombres descubriendo aquello que de verdad fueron para él y son para el que cree: imagen de Dios. Esa fue Ia razón última de su respeto infinito por ellos, por sus personajes igual que el que sintió por sus pacientes; razón que da cuenta cumplida de su aproximación compasiva a Ia personalidad de los mismos y de Ia excusa sin límites que otorgaba a sus pasiones. Sabía del barro en el que Dios quiso infundir su divino hálito de vida como sabía el sometimiento del ser humano a Ia verdad profunda de su condición encarnada2.
1 A. González Montes, «Deberes de naturaleza y deberes de civilización en el pensamiento de Gregorio Marañón», Papeles de Son Armadans 239 (1976) 101; cfr. P. Laín Entralgo, Gregorio Marañón. Vida, obra y persona , en Gregorio Marañón, Obras completas, vol. I (Madrid 1966). Las referencias de los escritos de Marañón se harán conforme a las ediciones de que disponemos y sobre las que hemos trabajado. El lector puede servirse también del volumen correspondiente de Ia edición de las Obras completas debida a A. Juderías (Madrid 1966/77), 10 vols., introducidas por este ensayo de Laín. 2 Cfr. E/ deber de las edades (1946), en Ensayos /ibera/es (Madrid 1966, 6 ed.), 105 s; 114.
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