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Cuadernos Salmantinos de Filosofía Vol. 45, 2018, 9-10, ISSN: 0210-4857
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Editorial
(…) las ciencias del espíritu vienen a confluir con formas de la experiencia que quedan fuera de la ciencia: con la experiencia de la filosofía, con la del arte y con la de la misma historia. Son formas de experiencia en las que se expresa una verdad que no puede ser verificada con los medios de que dispone la metodología científica.
(…) No hay más remedio que admitir que en la comprensión de los textos de estos grandes pensadores se conoce una verdad que no se alcanzaría por otros caminos (…).
(Hans-Georg Gadamer, Verdad y Método. Introducción).
Las ciencias del espíritu expresan, según Gadamer, la experiencia humana del mundo.
Mediante los saberes humanísticos el hombre busca ante todo conocerse mejor a sí mismo. El marco referencial de estos saberes no es directamente la utilidad –lo cual no significa que sean inútiles– sino el sentido: el sentido de lo que sabemos, de lo que hacemos y, en definitiva, de lo que somos. Por eso, el cultivo de las humanidades fomenta la responsabilidad individual y colectiva, nuestro sentido crítico, nuestro gusto por lo gratuito; en suma, hacen posible nuestra formación.
En este volumen 45 de Cuadernos salmantinos de filosofía dedicamos una sección especial a pensar las humanidades. Por medio de esta sección, la revista, de acuerdo con la decisión tomada por su Consejo de Redacción, se suma a la celebración del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca, donde el desarrollo de las humanidades ha estado protagonizado por figuras como Antonio de Nebrija, Beatriz Galindo, Lucía de Medrano, Francisco de Vitoria, Francisco de Salinas, Fray Luis de León, Francisco Suárez y Miguel de Unamuno, entre otros muchos. Todos ellos, humanistas universales, pues los llamados conocimientos humaniora hacen referencia a humanidad, que “probablemente” significa, “por una parte, el sentimiento universal de simpatía, por otra parte, la facultad de poderse comunicar universal e interiormente, propiedades ambas que, unidas, constituyen la sociabilidad propia de la humanidad” (Immanuel KANT, Crítica del Juicio, & 60).
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