|
LA LEY PENAL EN DOMINGO DE SOTO
por A. P E I N A D O R , C. M. F.
SuMMARiuM.— Mens eximii tfieologiDominici de Soto, circa theoriam legis mere poenalis, quam respuit, exponitur per adductionem et commentarium trium propositionum, quae fuiuktmentales, in re, habentur. Prima propositio : omnis lex fiumana, civilis etiam, inducit obligationem conscientiae actum ponendi qui praecipitur vel omittendi qui prohibetur. Altera propositio : omnis lex poenalis secum |ert conscientiae obligationem, respectu actus, cuius causa comminatur poena, ubi absurdam habet distinctionem legem inter poenaLem mixtam et mere poenalem. Tertia propositio : lex poenalis infert obligationem conscientiae ad poenam, etsi patiendam solum post iustam legitimi iudicis irrogationem. Concluditur ex praedictis Soto annumerari non posse in fautoribus praedictae theoriae.
Cuando uno se asoma a los grandes teólogos de nuestra edad de oro, con Ia idea de beber los mas sanos principios de Ia ciencia en los ricos veneros que en sus obras se contienen, se prueba en su plenitud una sensación de placer intelectual, respecto a aquel lado de Ia verdad, sobre el cual se cernían las dudas, para cuya solución acudimos a ellos confiadamente. Es que el manantial brota, y luego corre puro, arrancando de Ia luz indefectible, que es Dios o manifestándose tal cual es a través de Ia revelación, o comunicándose al hombre por medio de Ia razón natural. Algo que no se experimenta, cuando, abandonando Io viejo, por anticuado, nos entregamos en afán de actualidad, a Io de ahora; de Io que no es todo malo ; pero en Io que gran parte de Io bueno que podemos encontrar, ha sido tomado en préstamo de Io que nos legaron los antiguos maestros. Quienes ocupamos las horas del día y los días de Ia vida estudiando los problemas de orden moral, que Ia actividad humana suscita constantemente, venimos hace tiempo padeciendo el sambenito de Ia inculpación de males graves; de que adolece Ia parte práctica de Ia Teología, imposibles de remediar, dicen, mientras no suprimamos totalmente el artificio sobre el que se ha montado Ia Casuística de estos últimos siglos.
«Salmanticensis», 8 (1961). 5
|