|
CONSPECTUS BIBLIOGRAPHICI
BOLETlN DE TEOLOGIA MORAL
por A. PEINADOR, C M. F.
No es trabajo fácil dar una idea exacta del auge que, en estos últimos años, ha tomado Ia producción teológico-moral, verdaderamente abrumadora, como se puede constatar con sólo repasar Ia sección bibliográfica de cualquiera de las muchas revistas que se dedican a Ia investigación o divulgación teológica. A estas alturas ya resultaría anacrónico insistir más en Ia decadencia de Ia teologia moral. Desde que ERNESTO MüLiER, Profesor que fué de esta ciencia en Ia Universidad de Viena y luego Obispo de Linz, restauró el método tomista en su Theologia Moralis, que al cabo de casl un siglo, no ha perdido totalmente actualidad, han sido muehós, sobre todo en Alemania, los que abandonaron Ia casuística en Ia exposición de los problemas teológico-morales, impregnándolos de savia dogmática, bíblica o ascética, y contribuyendo con ello a Ia reintegración de Ia Moral en Ia unidad de Ia ciencia sobrenatural acerca de Dios y de las cosas divinas l. Fuera de Alemania, el resurgir viene siendo también evidente, aunque bastantes de los Manuales por los que se han formado las últimas generaciones sigan con el método de los preceptos, dejando Ia impresión de que Io que cuenta es conocer los pecados, o hasta dónde llegan los limites dentro de los cuales puede moverse Ia humana libertad, sin exponerse a quebrantar gravemente Ia ley. Sin embargo, hay que reconocer que, dejando aparte a SAN ALFONso, son bastantes los valores positivos que han ido apareciendo en todo Io que llevamos de siglo, a pesar de ese apego a huir de los principios para hacer casuística barata.
1. Publicó MÜLLER, por primera vez, su Teología moralis, en 1868. Reconocida y aumentada por I. EtaPEL y J. tTjcic, ha alcanzado nuestros días. Conocemos Ia décima edición, 1923, editada por Pustet de Ratisbona. Los restauradores de Ia Teología Moral en Alemania, SArLiER, HmscHER, y Ia escuela de Tubinga, no dependen ciertamente de ERNESTO MüLLER, puesto que son anteriores a éL Queremos únicamente declr, en el texto, que, entre los que han sentido Ia necesidad de mejorar, sin salirse por otra parte, de los cauces clásicos en Ia exposición científica, él es verdadero portaestandarte. Así opinamos con A. BREZNAt en su obra: Clavis ttieologiae moralis seu introductio in studium ethicae christianae scientificum, I Priburgo, 1914. Es verdaderamente extraño que HAERiNG no haga Ia menor mención de Müller en Ia perspectiva histórica de Ia teología moral, con que completa el capitulo preliminar de su Das gesetz Christi. Una buena contribución a Ia historia de Ia teología moral, y demostración, al propio tiempo, del resurgir, en Alemania, de esta ciencia, se encuentra en Ia obra de P. HADROssEK : Die Bedeutung des Systemgedankes für die Moraltheologie in Deutschland seit der Thomas-Renaissance (Münchener Theologische Studien. H Systematische Abteilung, 2-Band). München, Karl Zink Verlag, 1950. Cita a 17 autores que se desentendieron del método casuista en sus respectivos tratados: PROBST, MARHN, DEUiiNOER,
WERNER, PtTCHS, JOCHAM, BlETTER, SCHMTD, PRIEDHOFF, SCHWANE, SCHINDLER, MAUSBACH, SCHTLLING, THXMANN. SlMAR, PRUNER, LTNSENMANNt
«Salmanticensis», 6 (1958).
|