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Sampiro y el llamado Silense
De los manuscritos y sus variantes El objeto del presente trabajo es intentar contribuir de algún modo al esclarecimiento de algunos de los problemas que en torno a Ia Crónica de Sampiro y a Ia llamada del Silense continúan en debate. Vamos a ceñirnos a algunos aspectos de los manuscritos y, brevemente, a variantes de léxico y grafía del contenido de ellos, tal como se nos ofrecen en Ia redacción que se ha dado en llamar pelagiana, y que nosotros creemos ha de ser llamada ovetense l. Vengamos al problema de los manuscritos de dicha redacción. Pérez de Urbel al intentar, loablemente, poner orden en Ia intrincada red que dejó tendida en el s. XVI Ambrosio de Morales a quien se adentre en sus escritos, clasifica ocho manuscritos, en un primer intento a , que corresponderían a los que vería Morales, en su viaje por las iglesias del norte y noroeste de Ia Península, en Ia librería de Ia iglesia catedral de Oviedo, y a los o al que Ie dejó Pedro Ponce de León, obispo de Plasencia. Hay, sin embargo, que decir desde ahora que el crédito de que goza el cronista de Felipe II dista mucho de estar en buen fiel. Habrá sin duda que releer detenida y en absoluto confiadamente cuantas noticias constata Morales acerca de los manuscritos que vio, guardó, tuvo, retuvo y copió,
1 Pues las interpolaciones del obispo Pelayo hubieron de hacerse a partir de un códice ío varios!) que existiera en Oviedo, traído por este obispo de territorio leonés, o de época anterior. 2 En su obra Sampiro. Su crónica y Ia monarquía leonesa en el siglo X, p. 140 ss.
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