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El latín de las inscripciones
p a g a n a s y c r i s t i a n a s de V i z c a y a
Se ha exagerado Ia pobreza arqueológica de Vizcaya. Es verdad qne el tesoro monumental y epigráfico no surge en cantidad, y aun es miserable en comparación con eI que se posee de otras circunscripciones. Pero no nos engañemos. La variedad y el valor de Ios escasos documentos arqueológicos es bien notable. Desde el Magdaleniense, al menos, podemos seguir una línea de jalones, indicadora de las diversas manifestaciones e influencias que el suelo de Vizcaya vió. Cuevas de Santimamiñe (Sánete Amande, San Mamés) con un ríco acervo de pinturas rupestres, kjokenmoddingos o concheros, industria, restos humanos y otros, etc,, que va desde el paleolítico hasta los misrnos tiempos del Imperio (fué hallado un lote de 106 monedas de Constante); y dejando otros yacimientos prehistóricos de Ia protohistoria tenemos algunos hallazgos de bronce, p. e,, el venablo de Guernica, el castro preromano céltico de Navarniz, últimamente explorado por Taracena, y hay también «dos monumentos, de antigüedad que puede ser remota y de significación tan precisa que cabe asignarles ventaja sobre cuanto sabemos de prerromano en el litoral cantábrico: son el *ídolo de M5gueldi en Durango, expuesto ya en el Museo de Bilbao, y Ia gran estela de Meñaca». Gómez-Moreno, BRAH, tomo CXXVIIl (1951) 1Q7-217. Ya del período romano están los tíos pedestales de tipo urbano «escritos en letra clásica perfecta» provenientes de Forua, cuyo nombre nos recuerda el Forum Ligneum de Ia colonia Flavióbriga; están también el lote de 18 piedras de Lemona (nombre céltico, «el olmedal»? «el barrizal*?) y las inscripcionss de Morga (también céltico «lugar de marga»?). Una de ellas mejor conservada lleva laera consular de CCCC que Vives identifica con Ia Era Hispánica, sien
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