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Los benedictinos y el latín
Isaac-Mariae Toribios Abbati Silensi In memoriam Anîe un argumento cual el que nos hemos impuesto, Ia tarea liminar de su delimitación toma caracteres más exigentes y exigibles. Salta, en efecto, a Ia vista que Ia precisión del ámbito benedictino dentro del monacato resulta muy obligada a quienquiera trate de sus primeras centurias, por haberse creado tácitamente a Io largo de Ia erudición anterior a nuestro siglo el que ha llegado a llamarse mito del «pan-benedictinismo» monástico, es decir Ia anticipación y uniformización cronológica de una benedictinización que, si bien llegó a abarcar todo el cenobitismo occidental, fue paulatina y tardía respecto de Ia fecha de Ia Regla de San Benito. Mas ni éste sería el lugar, ni para ello habría espacio, de una previa disertación sobre Ia materia, que por otra parte ya hemos intentado en ocasiones más oportunas. Sólo tenemos que consignar una observación. Y es que consistiendo el benedictinismo en Ia consumación de Ia tradición anterior y recibida, sin ruptura alguna doctrinal o disciplinaria estridente con las mentalidades e incluso los materiales del Mischregelzeitalter, una de las consecuencias, desde luego dominante para nosotros al tomar en este momento Ia plurna, es Ia de Ia continuidad de los monjes prebenedictinos, los benedictinizantes y los benedictinos en el cultivo claustral del latín 1 . De ahí que las posibles dudas en cuanto a Ia índole, benedictina o todavía no, de algunos escritores de Ia literatura latina
1 Aunque e! espaldarazo a Ia henedictinización coincida con el renacimiento carolingio.
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