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LA PSICOLOGIA RELIGIOSA DE DON MIGUEL DE UNAMUNO
por JUAN A. CABEZAS
«Tengo el alma extremadamente religiosa y el espíritu incrédulo; pero como es natural, en el espíritu, dejarse subyugar por el alma, probablemente Uegará un día en que seré cristiano» (LACORDAiRE).
LA RELIGIOSn)AD COMPETENTE DE LA PERSONALIDAD
La religiosidad, tomada en su acepción específicamente positiva y psicológica, es un componente más de esa totaUdad existencial y concreta que llamamos personalidad '. Hay hombres más o menos religiosos, como los hay más o menos emotivos o activos. Creer que todos los individuos de Ia especie humana están igualmente dotados desde el punto de vista religioso implicaría una actitud mental excesivamente ingenua. La misma experiencia de cada día nos obUga a reconocer notables diferencias individuales en el terreno de Io religioso como en el sector, por ejemplo, gnoseológico o afectivo. Así, pues, frente a criaturas sumamente delicadas y sensibles al mundo de los valores transcedentales, espirituales y religiosos, nos encontramos, a cada paso en Ia vida, con tipos como el «sanguíneo» (Heymans-Le Senne), el «atZéfíco» (Kretschmer), el «económico* (Spranger) o ciertas formas de viscerotonia o miotonia (Sheldon-Stevens) en los que las voces del Espíritu apenas encuentran resonancia en su universo interno. «Son
1. La pesquisa sobre Ia religiosidad de Unamuno nos hemos propuesto Uevarla al campo exclusivamente positivo, y no filosófico o teológico. Misión directa no será, pues, juzgar axiológícamente de las actitudes o reacciones religiosas de Unamuno, sino describirlas científicamente.
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