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FAM 23 (2001) 25-44
¿Es la actitud violenta de los adolescentes un producto de la educación familiar? Un análisis causal en función del género
Juan A. Castro Deolinda Adonis Manuel Rodríguez
Uno de los problemas que más preocupa a los educadores (padres y profesores) y de los agentes sociales, en la actualidad, es el de la violencia cada vez más declarada entre los niños, pero sobre todo entre los adolescentes. Es un hecho suficientemente constatable que la violencia entre los niños y adolescentes se inicia en edades muy tempranas, pero también que el proceso de socialización mediatiza sus manifestaciones, de tal manera que se produce un desplazamiento desde la violencia física (agresiones de todo tipo, pero fundamentalmente aquellas que tienen que ver con las peleas, golpes, etc.) hacia la violencia verbal. Ahora bien, es un hecho, asimismo suficientemente constatable, que la violencia tiene un origen de tipo familiar en la mayoría de los casos, de tal manera que se pueden establecer determinadas características de la dinámica de la vida familiar como factores de riesgo de la violencia en los niños y adolescentes (Castro y Pires, 2001; Gorman-Smith, 1996). Pero también, al mismo tiempo, conviene no perder de vista el llamado «efecto amplificación», que explica el hecho de que muchos niños y adolescentes se muestren como violentos y ejerzan violencia contra sus coetáneos por haber sido sometidos a violencia durante los años de su niñez (Avakame, 1998). Existen estudios que ponen de relieve la influencia de las familias disfuncionales en la tendencia futura de los hijos a la violencia
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