|
NOTA
Salmanticensis 47 (2000) 61-83
EL «SEGUNDO ÉXODO» EN QUMRÁN (4Q462)
1.
INTRODUCCIÓN
La literatura de Qumrán sigue siendo enigmática pero ahora desde un nuevo punto de vista. Hasta hace unos años Ia polémica de los manuscritos del Desierto de Judá se centraba en su publicación íntegra. Posteriormente el debate se centró en Ia identificación de determinados textos con escritos neotestamentarios. Hoy, cuando el temporal parece que se ha sosegado, estamos en el momento propicio para acercarnos a los manuscritos con serenidad y descubrir el verdadero contenido y Io que quieren transmitir. Con todo, no faltan los momentos de duda, incertidumbre y sobre todo desconocimiento ante ideas o afirmaciones que nos pueden parecer sorprendentes. El grupo de Qumrán era un movimiento con un fuerte sentido intelectual. Entre los monjes había intelectuales, pensadores, escritores, personas dedicadas al estudio —los textos encontrados así Io demuestran—, que comentaban Ia Escritura, que redactaban sus propias normas, que ponían por escrito su estilo de vida y su manera de pensar. Los hombres de Qumrán eran, Io que se dice, un grupo de intelectuales. No quiero decir que todos los componentes de Ia comunidad fueran escritores, pensadores o copistas. Sería difícil demostrar tal afirmación. Lo que sí parece indudable es que entre los habitantes de Qumrán había un amplio sector dedicado al estudio y al cultivo de Ia reflexión y pensamiento que ha quedado plasmado en sus obras.
1 Quiero agradecer Ia colaboración de Florentino García Martínez, del Qumrán Instituut - Rijksuniversiteit Groningen, por su tiempo y Ia lectura minuciosa de este trabajo así como sus oportunas indicaciones siempre esclarecedoras. Tampoco puedo olvidar al profesor Émile Puech, de L'École Biblique de Jerusalem, por su entusiasmo y matizaciones sugerentes.
|