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RECENSIONES
1) SAGRADA ESCRITURA Y PATROLOGÍA
J. P. Martín, Fiión de Alejandría y Ia génesis de Ia cultura occidental, Oriente-Ocidente 4 (Buenos Aires: Ediciones Depalma 1986) XI, 168 pp. El autor toma como punto de partida el anáMsis de tes «contradicciones» (que prefiere Uamar «antinomias») atribuidas a Filón en uno de sus temas cruciales: el hombre. Estudia el resultado de una trasposición: el de Ia oposición griega de Io inteligible y sensible hacia Ia concepción religiosa de Io fundado en sí mismo (Dios) y Io infundado en sí mismo (creatura). Comienza por el análisis de Ui dualidad del hombre. Para Filón Io característico humano es Ia frontera, Ia tensión, el éxodo. La estructura del hombre despliega permanentemente juegos de oposición (gravitaciones) que se desplazan desde Ia nada hasta Dios. La unión del cuerpo y el alma implica una jerarquía, o un encuentro, entre Io superior y Io inferior, como signo principal de todo Io existente, que es «convergencia» de divergentes. Cada una de las esferas del cuerpo y el aJma está presidida por una entidad superior. Se Llaman intelecto y sensibilidad, otra de las grandes bipolarídades del lenguaje filoniano y helenístico. Tanto el macrocosmos como el microcosmos están presididos por un nous: Dios y el intelecto. Se debe excluir en Filón Ia existencia real de un Hombre celeste. No hay mito del «Anthropos». No hay otro hombre diverso del que camina por esta tierra. El intelecto se convierte en Ia naturaleza a Ia cual se acerca. Según Ia dirección de su marcha estaría el hacerse divino o humano, incorruptible o corruptible. La inmortalidad no Ia tiene el nous por sí mismo, sino que Ia debe recibir del pneuma. En general pneuma es una fuerza que sobreviene al hombre desde Dios, para que el hombre (el nous) pueda lograr su destino en Dios. La tensión antropológica puede expresarse mediante Ia oposición espíritu y carne, que son dos esferas contrapuestas. Nunca dos componentes antropológicos llamados a una síntesis. Hay tres tipos de oposición que marcan diversamente los dos polos entre los que el hombre gravita: a) noético (inteligible-sensible), b) ético (bien-maD, c) ontológico (Increado y creado). Sobre 2a unidad del hombre nota que Ia antropología filoniana no se organiza sobre Ia idea de un espíritu corporizado transitoriamente. El compuesto humano es uno porque el nous engendra actividad y reina sobre todas las regiones psíquicas y somáticas, mediante sus potencias. El centro de gravedad que unifica al hombre parecería ser un principio divino presente en
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