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RECENSIONES
1) SISTEMATICA J. L. Ruiz de Ia Peña, Teologia de ia creación, Presencia Teológica 24 (Santander; Ed. SaI Terrae 1986) 280 pp.
El autor, ampliamente conocido por sus excelentes estudios de antropología teológica y de escatologia, nos ofrece ahora un manual para el estudio teológico de Ia realidad creada. Como él mismo afirma, el clásico tratado De Deo creante, que se había puesto de actualidad en los años 50 y 60, gracias a las discusiones sobre el evolucionismo y monogenismo, así como a Ia que él denomina «moda-TeUhard» (153), parecía haber quedado en el olvido en estos últimos años. Las causas de este abandono pueden ser su absorción en el tratado de Antropología Teológica y una cierta alergia de los teólogos a los estudios científicos sobre el mundo, que ellos consideran dominados por posturas monistas materialistas. Y, sin embargo, Ia teología no puede eximirse de una reflexión seria y sistemática sobre el primer artículo del credo. La fe —y Ia confesión— en Dios exige Ia fe y Ia confesión en Ia creación. «La creación es un artículo de fe cristiana (es decir, un misterio) y no Ia conclusión de un razonamiento metafísico (es decir, un saber profano)» (p. 128). Esta firme convicción, que recorre toda Ia obra, en modo alguno empuja al teólogo a refugiarse en los datos de Ia revelación para eludir el encuentro con las cosmovisiones contemporáneas. Pero tampoco ha de obligarlo a abrazar con talante concordista una cosmovisión evolucionista, tras haberee despojado penosamente de una previa cosmovisión fijista. El diálogo no significa hipoteca de Ut fe. La primera parte de Ia obra recorre un camino histórico ofreciendo un repaso de Ia teología de Ia creación del Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento, de Ia historia de Ia doctrina —desde los primeros símbolos hasta el Concilio Vaticano II— para terminar con un capitulo dedicado a Ia reflexión teológica sobre el hecho, el modo y el fin de Ia creación. Por Io que se refiere al estudio bíblico del tema, el autor recoge y hace suya Ia teoría de Schmidt sobre los dos relatos que se entremezclan en el poema sacerdotal de Ia creación, reflejo de dos estadios de Ia tradición de Israel. La hipótesis bien conocida de un substrato mítico poular cercano a las leyendas cosmogónicas y de una ulterior reflexión, monoteista y hasta polémica, que subraya Ia creación por Ia palabra, ilumina ciertamente y de forma sugerente muchas de las contradicciones del texto con que hoy se abre nuestra BibUa. El autor, sin embargo, subraya una y otra vez que Ia fe cristiano en
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