|
LA VIA ESPIRITUAL DEL RECOGIMIENTO
La vía del recogimiento se encuadra dentro de Ia eepiritualidad metódica. Es un arte de amor. Por tanto, entraña un trabajo, una técnica, una metodología. Como vía completa y orgánica trata de llevar el alma deede Ia más profunda miseria del hombre pecador hasta Ia más alta unión con Dios. Ella hace que el hombre viador comience a participar del modo posible, ya en esta vida, de Ia felicidad de Ia visión beatífica, colocándole en cierta manera entre los viadores y comprehensores. Reconocen que hay muchos caminos o manerae de buscar a Dios, pero Ia m>.jor ee el recogimiento 1. La vía completa abarca tres partes : conocimiento propio o aniquilación ; seguimiento o imitación de Cristo en cuanto hombre y en cuanto Dios ; transformación del alma en Dios por amor. El recogimiento constituye Ia vía espiritual mística más importante en España antee de Santa Teresa. Por ello juzgo de interés presentar las dos primeras con algún detalle y un breve boceto o guión de Ia teicera. 1. Oración de aniquilación o de conocimiento de Ia propia nonada. Aniquilación para Taulero, Kempis, B. de Palma, Laredo, San Juan de Avila, San Francisco de Borja, San Juan de Ia Cruz... es un término técnico. No tiene significado negativo de reducción a Ia nada, sino positivo: oración de propio conocimiento y confusión. No se queda en una pura reflexión humanista o socrática, en el po>6t oeauTov de los clásicos griegos y romanos, ni es un mero ejercicio psicológico, que se contenta con un humanismo más o menos depurado. Es un ejercicio ascético cristiano de oración, que alcanza las entrañas más profundas de Ia propia humanidad y Ia conduce a Ia humildad esencial, como "humus" o poder eaUdo de las manos de Dios, con su grandeza y miseria, con su limitación en el ser, en el tiempo, en el espacio, en el origen, desarrollo y acción de \a. propia persona. Desde esta humildad constitutiva, nuestros autores paean a Ia consideración de k vida de Cristo y a su seguimiento twr amor. El principal remedio de nuestra enfermedad consiste al principio en negarnos loe "sensuales apetitos con propio conocimiento... El adelgaza y enflaquece nuestra propia presunción... No puede ser posible sin nuestro conocimiento... alcanzar Ia sanidad perfecta que está en conocer a Dios por Ia contemplanción quieta..." 2.
* El presente artículo es un adelanto de una obra sobre Ia mística del recogimiento, o los recogidos en te espiritualidad española de Ia Edad de Oro. 1 TA., XVIII, 1, 519-20. 2 Laredo, Subida, ed. 1535; carta 14, íol. 232.
15
|