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PRESENTACIÓN
Lumen Gtentium alumbra el fruto más trascendente y duradero del concilio Vaticano II, fiel reftejo de una profunda renovación eclesiológica. El estudio de esta Constitución dogmática constituye el tema exclusivo de este número monográfico de SALMANiiCENSis. El tratado De Ecclesia nace en el medievo con carácter de Apok>gia, se afianza en lucha sostenida contra galicanos, febronianos y regaüstas, se desarrolla a Io largo de interminabtes controversias contra protestantes y calvinistas, que reducían tos contornos eclesiates a Io carismático, invisibte y divino —koinonía pneumatos—, con negación radical del elemento jerárquico. No es, pues, extraño que juristas y teólogos pusieran el acento en to institucional de Ia Iglesia. Ei mismo concilio Vaticano 1 da, en su esquema De Ecclesia, preferencia al capítuk) en que se define Ia primacía e infalibilidad del Papa. En el dialogar ecuménico se sentía aún el peso de esta definición vaticana y asi tos hermanos separados hablaban, hasta ayer, del juridismo de Ia Igtesia, nos hacían inventores de nuevos dogmas y echaban en rostro nuestras supersticiones devocionales. La pasión anti-romana aviva Ia llama de prejuicios ancestrales y desfiguran el rostro radiante de Ia Iglesia. Se comprende Ia importancia que tiene, en una atmósfera de apertura al diak>go ecumenista,, el que to Igtesia se autodefina como una epifanía de Ia Palabra, enraizada en Ia ptenitud del misterio de Cristo. La gracia y el dinamismo del Espíritu vitalizan este Cuerpo mistico-misterio y puebto de Dios. Si Ia división de los cristianos gritaba Ia existencia de un hecho escandak>so, quedan, en Lumen Gentium abiertas las puertas a Za unidad. Pablo VI pedia profundizar en Ia esencia misma eclesial: "Ecclesia... naturam missionemque suam universatem pressius declarare intendit". Con precisión, exactitud y rigor se define en esta maravilh>sa Constitución del Vaticano II. La base no es Io institucional, sino to comunitario y mistérico.
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