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LA IGLESIA EN LOS HECHOS DE LOS APOSTOLES
por LORENZO TURRADO
SuMMARiuM.—PttMczs praemissis de fontibus et historicitate libri Actuum, accurate examinantur textus qui ad conceptum Ecclesiae apud primaevos christianos eruendum inservire possunt. Quod ut clarius evadat, triplex distinguitur caput: a)Nova communitas in Jerusalem orta; b) Vita interna huius communitatis; c) Vincula externa, quibus vita commùnitatis dirigitur.
El tema es de suma importancia. Ningún otro libro, como el de los Hechos, nos suministra material tan abundante y de primera mano sobre los primeros pasos de Ia vida de Ia Iglesia. Las mismas cartas de San Pablo, con ser también de valor incalculable bajo este aspecto, suponen ya esa Iglesia constituida y en marcha, aparte de que las cartas, por su misma naturaleza, dejan muchos huecos sin llenar, encaminadas como están hacia Io doctrinal y no hacia Io histórico. Es el libro de los Hechos el que nos permite formar una idea más completa del nacimiento de Ia Iglesia y de su maravilloso desarrollo. Su estudio es complemento necesario del de los Evangelios. En éstos se nos dice cómo concebía Cristoa su Iglesia; en los Hechos se nos habla de cómo Ia concebían sus discípulos, una vez que Cristo subió al cielo, pero indirectamente se habla también de cómo Ia concebía Cristo, pues los discípulos no se presentan como innovadores, sino como simples ejecutores del pensamiento del Maestro. Sin embargo, aunque en cuanto a las líneas fundamentales los datos son bastante claros, no hemos de hacernos ilusiones de que en seguida nos vamos a poner de acuerdo católicos y acatólicos. El tema de Ia Iglesia es demasiado grave para que al estudiarlo no entren en juego otros factores que los del puro razonamiento. Con razón se ha dicho que las mismas verdades matemáticas son admitidas unánimemente, no sólo por su evidencia intrínseca, sino porque nadie se interesa en rechazarlas. Pues bien, conocida es Ia gran diferencia que en este punto del concepto de «Iglesia» separa a católicos y protestantes. Para nosotros, católicos, Cristo fundó su Iglesia como sociedad visible, jerárquicamente constituida, con Pedro a Ia cabeza, que ha de durar hasta el fin de los tiempos. No así para los protestantes. Rechazan éstos unánimenmente, a pe«Salmanticensis», 1 (1959.
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