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B 1BL I OG R A F IA
anterioridad para fundamentar Ia ética y el Derecho natural por apoyarse en antropologías defectuosas. Creo que Ia segunda parte del libro resulta de gran finura de análisis, de serenidad de observación y de mucha penetración crítica: de creatividad o aportación personal previa para el despegue valioso con el que nos regala al final en las conclusiones condensadas con libertad y humildad que avalan al intelectual auténtico. No estamos ante una monografía jurídica y sin embargo a Io largo de su quehacer nos encontramos reflexiones y razonamientos pertenecientes a diversas disciplinas jurídicas. Presupone, por tanto, conocimientos jurídicos muy amplios y una notable capacidad de síntesis a Ia par que saberes teológicos bien asimilados y una fuerza de penetración dinámica para lograr descubrir las incidencias en un mundo secular tan distinto de los presupuestos culturales de Ia ya vieja y alejada cristiandad. El autor ha querido —según su personal confesión- ampliar las líneas maestras de Ia Constitución Caudium et Spes en el sector específico de las relaciones entre teología moral y ética humana, pág. 309). II. Estudio fronterizo. Otra matización que se está generalizando también hov en el modo de acercarse intelectualmente a Ia realidad objeto de estudio es Ia preocupación subjetiva —de los estudiosos— que llamamos "fronteriza". Se ha puesto de moda, no en sentido peyorativo de Ia palabra, sino en Io que comporta de frecuente por necesaria y obligatoria. Debido a las trasformaciones operadas en otros campos aparentemente del todo ajenos a aquellos en los que nos vamos a mover en nuestras reflexiones e investigaciones pero en realidad imbricados entre sí, ya resultan inadecuadas, insuficientes y hasta erróneas en parte las respuestas dadas y tenidas como válidas, intocables e insustituibles. Esta inquietud, este espíritu de búsqueda, esta toma de posición crítica, revisora, correctora o aclaratoria ha movido al autor a elegir este enfoque fronterizo nada cómodo pero necesario. La frontera es muy compleja, muy distinta y giratoria. Unas veces se coloca entre el pensamiento teológico y el filosófico; otras entre las diversas reflexiones teológicocristianas contrastándolas entre sí con espíritu abierto, objetivo, amistoso, sin prejuicios crónicos ni animosidades incompatibles con las exigencias del ecumenismo vigente. Por ello en Ia primera parte intenta dar a conocer e interpretar Ia doctrina de cuatro pensadores de Ia Iglesia Reformada: Karl Bhart, Emil Brunner, Jacques EHuI y Erik WoIf. Otras veces Ia frontera está situada entre ciencias más afines aun cuando distintas y diferenciadas como son un bloque de Ciencias humanas entre las que destaca Ia nueva antropología. III. Tratamiento nuevo a temas viejos. La verdadera naturaleza o fisonomía del Derecho natural y su función y fundamento junto con Ia existencia de una ética humana con verdadera autonomía, sin recortes ni mutilaciones son temas muy viejos y muy sugestivos que han atraído Ia atención de una verdadera pila de pensadores. Pero el autor ha tomado una posición nueva, nada común hasta el presente, y desde ella ha intentado abrir un diálogo entre ambas teologías, Ia reformada calvinista contemporánea y Ia católica para tantear los resultados y buscar un campo común y conveigente, satisfactorio ante los hombres inquietos de nuestra época. No es tema nuevo, repetimos, sino viejo y antañón tratar de aislar una moral cristiana basada en Ia Hevelacion, de una ética fundamentada en Ia razón y el conocimiento del hombre individual y socialmente considerado, más el método escogido por el autor Ie ha permitido ofrecernos muy importantes sugerencias y aportaciones a ias dificultades actuales del nuevo momento cultural común a católicos y protestantes.
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