|
SOBRE EL INTROITO DE LA MlSA
A PROPOSITO DE UNA RESPUÉSTA DE LA SAGRADA CONGREGACIÓN DE RlTOS
Entre los usos antiguos que durante los últimos lustros de restauración litúrgica se han tratado de restablecer ha suscitado especial interés el que se refiere 'al modo de ejecutar Ia antífona del Introito en las misas solemnes. Consiste este uso en no contentarse con cantar solamente Ia antífona y un solo versículo de un salmo—ordinariamente, el primero de aquel de donde ha sido tomada Ia antífona, ya que Ia mayoría de éstas está tomada del Salterio—y el Gloria Patri, como generalmente viene haciéndose desde hace muchos siglos, sino en imitar Ia forma primitiva, prolongando el canto del salmo y repitiendo Ia antífona o parte de ella durante el tiempo que convenga mientras se desarrolla lái acción litúrgica que entre tanto incumbe a los ministros del altar. Semejante usanza, si bien del agradode todos, no ha podido ser aceptada sin repugnancia por muchos, por haber sido abolida siglos ha por Ia autoridad competente, no habiendo sido suficientes para aquietar los ánimos todas lasprobabilidades queexistían en su favor, desde que en las ediciones oficiales de los libros de canto se comprobaba Ia evolución que supone el cotejo de las rúbricas que se fueron modifican'do en ediciones sucesivas. En las tres ediciones oficiales del Gradual Romano publicadas desde 1896 hasta 1902 se leía Ia norma siguiente para el canto del Introito: Cantores non possunt in choro incipere Introitum Missae priusquam. sacerdos ad altare pervenidt. En cambio, en Ia publicada en 1907, que es Ia actualmente en vigor, se estableció" que los cantores comenzasen el canto mientras el sacerdote se dirige hacia el altar : Accedente sacerdote ad altare, incipiunt cantores antiphonam arf Introitum. Estos dos rúbricas, así como Ia respuesta prohibitiva dada por Ia Sagrada Congregación de Ritos al Obispo de Braga en ^753 en el mismo sentido, no serefieren directamente más que al momento en que se debe comenzar el canto de Ia antífona, sin mención alguna, ni favorable ni ftdveraa, a Ia pluralidad de versículos. Mas el hecho de no permitirse comenzar el canto hasta que el sacerdote !haya comenzado las preces que se
— 223 —
|