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ACTUALIDAD
Aspiramos a recoger en esta sección cuantos acontecimientos dignos de ser destacados ocurran en el terreno jurídico-canórrico durante el cuatrÍmestre que media entre uno y otro número de nuestra Revista. TaI propósito, empero, se ve frustrado en este primer número, en que Ia vida interna del Instituto reclama para sí estas páginas, que ha habido que hurtar mañosamente al agobio de original. El Decreto de creación Antes que nada queremos honrarlas reproduciendo el Decreto que al dar vida al Instituto supo hacerlo proclamando en prosa noble y densa los títulos de España para ocupar un lugar preeminente en Ia investigación canónica universal. Nada parece que haya que añadir ni quitar a tan certeras consideraciones. Dice sí:
DECRETO de 29 de abril de 1944 por el que se crea en Salamanca el Instituto de Derecho Canónico "San Raimundo de Peñafort", dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Creado bajo eI signo de Ia nueva España el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, van haciéndose más patentes, gracias a Ia labor científica de los investigadores, las grandes aportaciones de nuestra Patria a Ia cultura universal en Ios siglos pasados y las que cabe esperar en adelante. Entre esas valiosas aportaciones ocupan lugar destacado las que se refieren a Ia ciencia del Derecho canónico. Puesto preeminente, junto a los Concilios de Toledo, ocupa Ia insigne "Hispana", Ia más rica y mejor de todas las colecciones%ntiguas, a través de Ia cual se transmitieron a las colecciones medievales las reglas fundamentales de! derecho universal de Ia Iglesia. Un español, San Raimundo de Peñafort, fué el que hizo, en el siglo XIII, Ia primera colección auténtica de cánones para Ia Iglesia universal. Españoles fueron asimismo los que,- desde sus cátedras de Ia Universidad salmantina—sin hacer mención de otros centros esclarecidos—difundieron Ia cultura canónica más allá de las fronteras de Ia Patria y contribuyeron con sus enseñanzas y con sus consejos a impregnar de espíritu cristiano nuestras leyes y las que España daba a los pueblos que incorporaba a su cultura. De aquí es que el Estado español, que se ha propuesto resucitar todo* los valores espirituales dentro del marco de Ia Hispanidad, no puede menot de prestar atención a esta rama del saber, que está reclamando un puesto al lado de Ia ciencia del Derecho secular español y un Instittuo al lado del Instituto "Francisco de Vitoria"; pues ambos Derechos corrieron parejos durante muchos
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