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Sabiduría helénica y revelación bíblica
1.
DOS COSMOVISlONES CONTRAPUESTAS
Eso que llamamos civilización occidental o «humanismo» europeo es fruto de Ia convergencia de tres ingredientes: el Logos de Ia Hélade, el Ius de Roma y Ia Agápe evangélica o «providencialismo» bíblico llevado a su punto culminante con Ia idea de Dios Padre, que da lugar a Ia de Ia fraternidad evangélica, que supera a Ia perspectiva nacionalista del Antiguo Testamento. Al entrar en contacto el mensaje evangélico con Ia cultura greco-romana, trató de impregnarla de su espíritu de arnor, pero eso trajo como consecuencia que el mensaje evangélico —Dios es amor— fuera aprisionado en conceptualismos que en parte pueden desvirtuar su originalidad. Es el gran drama histórico del Cristianismo al impregnarse de nociones filosóficas extrañas a su origen bíblico. El origen de esta nueva visión del Cristianismo se inicia con san Justino, filósofo platónico, convertido a Ia nueva Religión, impresionado por el testimonio de fortaleza que daban los primeros cristianos. Y, así, nos dice que los grandes filósofos, sobre todo el gran Sócrates con su vida idealista y su muerte heroica, presagiaban el mensaje evangélico, porque formaban parte de los «gérmenes del Logos» que estaban en Ia mente de las figuras más preclaras de Ia antigüedad helénica 1 . Clemente Alejandrino, también intelectual proveniente del paganismo, pone su ideología al servicio del Evangelio, buscando apuntalamientos filosóficos al Evangelio para crear una apologética más en consonancia con el intelectualismo helénico 2 , y así, estable1 S. Justino, Diálogo con Trifón 2, 1.3, 2. Reflejo de Ia filosofía estoica. Cf. G. Fraile, Historia de Ia Filosofía. 2, Madrid 1960, p. 76. 2 Cf. J. Quasten, Patrología 1, Madrid 1961. 312-313.
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