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El Hado en Ia teoi8gfrHe Cicerón
El plan de los estudios de teología natural, que Cicerón se había propuesto desarrollar, comprendía los tres libros sobre La Naturaleza de los dioses, los dos de La Adivinación y el estudio sobre El Hado (De Fatoi con que todo el tema teológico quedaba completo1. El problema es grave: si los dioses tienen conocimiento claro del devenir es que eso será así y no de otra manera; si por otra parte nosotros tenemos responsabilidad moral de nuestras acciones, es porque libre y voluntariamente elegimos esto y dejamos Io otro. Ante tal disyuntiva los estoicos habían tomado un camino intermedio: pretendían conciliar el libre albedrío del hombre con su concepción especial del Destino, y Ia adivinación que ellos defendían era como una experiencia, una de las pruebas de Ia determinación del futuro. Era preciso, pues, demostrar Ia falsedad de Ia creencia estoica en los presagios, en los oráculos y en los sueños, y esto es Io que hace Cicerón en De Diuinatione. Pero esta refutación deja íntegro el problema del Destino, porque nuestro autor quería tratarlo a parte 2. En un momento inicial pensó seguir el método del De Nat. Deor. y De Diuinatione, es decir, dedicar un libro a Ia exposición de las diversas teorías que sobre el hado reinaban en las escuelas, y luego, en un segundo libro, rebatir las opiniones que a él no Ie satisfacían, con Ia exposición de su parecer; pero no sucedió así, como él mismo nos dice: «Una circunstancia casual me impide seguir en esta disertación sobre el Hado, el método que he seguido en los libros acerca de Ia Naturaleza de los Dioses y de Ia Adivia Diu., i, va-, 2,10.
1 Cic., Diu., Z, 3.
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