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MEDITACIONES BIBLICO-TEOLOGICAS SOBRE LA UNIDAD
CARLOS MASCARÓ
Ofrecemos aquí ocho esquemas bíblico-teológicos que pueden servir como puntos de meditación, homilías, vigilias... muy oportunas en Seminarios o Comunidades religiosas, para Ia Semana de Ia Unidad. (Oremos por Ia unidad, págs. 34-38. Centro Ecuménico Juan XXIII). I.— Unión en Adán, nuestro común padre según Ia carne — Todos los hombres hemos heredado de Adán (Gén. 5, 3) Ia imagen de Dios (Gén. 1, 26-27). La imagen de Dios en nosotros es inagotable, de Io cual nace Ia variedad ; pero, siendo una, supera siempre esa variedad, para convertirla en una unidad más alta. Todos los hombres, por encima de las diferencias raciales y temperamentales, poseemos Ia unidad, mucho más excelsa, de ia. imagen divina. — Toda Ia creación adquirió unidad y armonía con el hombre (Gén, 1, 26). Mas, el pecado introdujo el desorden (Gén. 3). La tierra se hizo ingrata para el hombre (Gén. 3, 17-19). Y los hombres, enemigos entre sí (Gén. 4, 8 ; 23). Desde entonces Ia unión es una conquista contra el pecado, en el cual estamos todos inmersos (Rom. 3, 9-20). (Rom. 5, 12-21). II.— iJnioii cn Abruhum, nuestro común padre en Ia ^e — No sólo nos une Ia imagen divina, sino también una historia común con Ia que Dios nos ha querido salvni formando un pueblo
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