|
ROMA Y CONSTANTINOPLA YA NO ESTAN EXCOMULGADAS
Dado el gran contenido ecuménico del levantamiento mutuo de excomuniones entre Roma y Constantinopla, al clausurarse el Concilio Vaticano II, transcribirnos, a continuación, Ia DECLARACIÓN CONJUNTA del Papa Pablo VI y el Patriarca Ecuménico Atenágoras I, esperando poder comentarla en el número siguiente de Diálogo Ecuménico. 1. Llenos de agradecimiento a Dios por el favor que, en su misericordia, les concedió en el encuentro fraternal en los sagrados lugares en que, por Ia muerte y Ia resurrección de Cristo, se consumó el misterio de nuestra salvación y, por Ia efusión del Espíritu Santo, nació Ia Iglesia; el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I no han olvidado el proyecto concebido entonces, cada uno por su parte, de no omitir desde entonces ninguno de los gestos que inspirara Ia caridad y que pudieran facilitar el desarrollo de relaciones fraternales y atractivas entre Ia Iglesia Católica Romana y Ia Iglesia Ortodoxa, y todos los cristianos superen sus diferencias para ser de nuevo "una sola cosa", como Cristo pidió por ellos a su Padre. 2. Entre los obstáculos que se encuentran en el camino del desarrollo de relaciones fraternas de confianza y estima figura el recuerdo de las decisiones, actos e incidentes dolorosos, que desembocaron en 1054 en Ia sentencia de excomunión decretada contra el Patriarca Miguel Cerulario y demás personalidades por los legados de Ia sede romana, presididos por el cardenal Humberto, legados que fueron asimismo objeto de una sentencia análoga por parte del Patriarca y del sínodo constantinopolitano. 3. No se puede impedir que estos acontecimientos fueran Io que fueron en aquel período particularmente turbulento de Ia historia. Pero hoy, juzgándolos de forma más serena y equilibrada, es preciso reconocer los excesos de que se contagiaron y que posteriormente desembocaron en consecuencias que sobrepasaron, en cuanto podemos juzgarlo, las intenciones y previsiones de sus auto99
|