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LA DOCTRINA DEL LOGOS Y LA VERDAD DUAL EN ZUBIRI
El conocedor de Ia obra de Zubiri sabe que el tema de Ia verdad ocupa en su pensamiento un lugar decisivo y, al mismo tiempo, de enorme complejidad. Puede afirmarse que el tema de Ia verdad es coextensivo al de Ia intelección y, si bien ésta tiene un carácter unitario que Ia define como actualidad de Io real en intelección sentient^, eUo no es obstáculo para que el desarrollo de ésta suponga una enorme complejidad estructural y dinámica, perfectamente correlativa con Ia complejidad de Ia verdad. En el novedoso planteamiento zubiriano, posiblemente todos estaríamos de acuerdo en que su punto más original reside en Io que el filósofo denomina verdad real, al>go previo a todo «conocimiento» en sentido propio y también a cualquier tipo de verdad o error que pueda atribuirse a un contenido cognoscitivo concreto. El carácter absolutamente simple de Ia verdad real se funda en el hecho de que el acto intelectivo y el término de Ia intelección son uno y el mismo: Ia realidad actualizada intelectivamente, Ia cual es, al mismo tiempo, Ia descripción formal de toda intelección, así como el contenido y el término de ese acto. Verdad real es, pues, algo que debe predicarse directamente de Ia reaUdad y, a partir de ahí, de Ia intelección, en cuanto que ésta hace actual («de suyo» y «en propio») esa realidad en el nivel intelectivo. Pero esto se presta a dos equívocos que, aunque opuestos, resultan igualmente perniciosos. Dado el carácter absolutamente originario de Ia verdad real, dado que —como dice Zubiri— Ia verdad real no es sólo comienzo (entendido estructuralmente) de todas las verdades que puedan venir ulteriormente, sino que es también principio1 que sigue presente en ellas, permitiéndoles justamente ser verdades (o errores), podría pensarse entonces que estas verdades se resuelven, o incluso se disuelven, en Ia simplicidad originaria de Ia verdad real. Sin embargo, esto no
1 Cf. X. Zubiri, Ei hombre y Dios (Alianza Ed./Socáedad de estudios y publicaciones, Madrid 1984) pp. 247^8; en adelante, esta obra Ia citaré con Ia siglo HD. Esto es Io que significa el adjetivo primordial en Ia repetida expresión zubiriana «aprehensión primordial de realidad». La utilización por parte de Zubiri del término «principio» significa un abandono total de las explicaciones genéticas, como notó hace ya algún tiempo F. Inciarte Armiñán, 'Observaciones histórico críticas en torno a Xavier Zubiri', Anuario filosófico 4 (1971) 199, 202, etc. En este punto, sería útil una confrontación, que aquí no puedo desarrollar, con J. Ortega y Gasset, La idea de principio de Leibniz: Obras completas. VIII, 2 ed. (Bev. de Occidente, Madrid 1965), sobre todo pp. 66-69, 168-213; asl como con el denso escrito de M. Heidegger, Vom Wesen des Grundes, recogido en Wegmarken: Gesamtausgabe, IX (V. Klostermann, Frankfurt a. M. 1976).
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