No se trata de una noveío, sino de una historia indigna y ktmentable. Para retener a su lado a una joven amante, un hombre casadò utiliza los servicios profesionales de un abogado sin escrúpulos y trama así una burda ceremonia matrimonial de Za joven con un desconocido sin dinero y sin principios, quien se compromete, a cambio de cierta suma, a no exigir nunca ninguno de Zos derechos conyugales. La causa no ofrece dificultades. Se trata de un caso clarísimo de simulación total, y constituye un motivo de reflexión seria para los encargados de investigar Ia libertad de los contrayentes y tos condiciones con que acuden a casarse.
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