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FAM 16(1997) 65-82
La familia y la educación para la paz
Luis Portero Sánchez
En este trabajo pretendo reflexionar brevemente sobre «el papel de la familia en la educación para una cultura de la paz». Tema que estimo de gran interés, aunque no haya despertado entre los estudiosos la atención que sin duda merece. Asistimos en nuestro tiempo a unos vertiginosos cambios que de una forma o de otra experimentamos incluso personalmente en nuestra vida cotidiana, y vemos en los medios de comunicación. Y entre tales cambios podemos encuadrar los que se han producido respecto a la familia, su estructura, funciones a cumplir, política que los gobiernos e instituciones ponen en marcha para la misma, etc.
Familia en un mundo de violencia
Asistimos, por otro lado, al desaforado avance de las ciencias y técnicas en detrimento de las humanidades en su sentido primigenio de cultura del y para el ser humano. Tenemos igualmente otras ventajas: aumenta la cantidad y calidad de vida, aunque parece que seguimos mirando el mundo bajo un punto de vista casi exclusivamente productivo, y eso precisamente es contrario a la cultura en el pleno sentido de la palabra. Las nuevas tecnologías nos invaden. ¿Prepararnos para convivir con ellas, asimilándolas para un uso eficaz que no suponga inversión de los verdaderos valores? El desarrollo de la dimensión puramente científica y tecnológica parece haber creado un mundo artificial, contrapuesto al mundo natural; y tal divorcio ha provocado consecuencias múltiples: pérdida de valores, del propio sentido de la vida, del respeto a la naturaleza, existencia de nuevas enfermedades, y un modo de comportamiento en ocasiones violento e inhumano que a todos nos asusta.
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