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SUMMA > Biblioteca Digital > Revistas UPSA > Revista Española de Derecho Canónico > 1973, volume 29, #83 > Pages 479-489. Los veinte años del Concordato
Los veinte años del Concordato
Fernández Regatillo, Eduardo
LOS VEINTE AÑOS DEL CONCORDATO Veinte años hace se estipuló nuestro Concordato de 1953. El anterior a él, el de 1851 entre Pío IX e Isabel II, llevó una vida sumamente azarosa; siendo víctima de dolorosas violaciones por parte del Gobierno español. I.—VICISITUDES DEL CONCORDATO DE 1851 A los tres años de vigencia sobrevino Ia revolución de 1854 con Espartero y el llamado bienio nefasto con las múltiples y enormes transgresiones del Concordato; entre ellas Ia ley de 1 de mayo de 1855, desamortizadora de los bienes eclesiásticos. Más grave crisis sufrió con Ia revolución septembrina de 1868, que destronó a Isabel II. A Io largo de los seis años siguientes se produjeron vertiginosos cambios políticos, entre ellos Ia primera república de once meses de vida, con cuatro presidentes. Política anticatólica, ruptura de relaciones con Ia S. Sede, asalto y desvalijamiento de Ia Nunciatura; toda suerte de atropellos por parte del populacho y del Gobierno. La Constitución del 69 echó por tierra todos los principios concordatarios. Los proyectos de ley de 1870 y 1873 planearon Ia separación de Ia Iglesia y del Estado. A fines de 1874 se restaura Ia monarquía con Alfonso XII; el cual reanudó las relaciones con Ia S. Sede, dándose por supuesta Ia subsistencia del Concordato. Su tercera crisis sufrióla con Ia venida de Ia segunda república en 1931 ; Ia cual hizo tabla rasa de él con su Constitución del 3 de diciembre y sus leyes complementarias. Pero es preciso advertir que aun diputados de los más distintos matices condenaban en las Cortes Ia rotura del Concordato. II.—ANSIAS DE UN CONCORDATO NUEVO Los diputados católicos presentaron a las Cortes Constituyentes sus votos en pro de un concordato nuevo. Aun políticos considerados de izquierda abogaban por Io mismo. Así el famoso Melquíades Alvarez, que no cesaba de propugnarle, tanto en las Cortes, como en sus discursos por diversas partes de España. ¿Qué más? Hasta el mismo Presidente Alcalá Zamora se
https://doi.org/10.36576/summa.5065
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