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LA EXHORTACIÓN
APOSTOLICA
«MENTl NOSTRAE»
Ocupa el presente documento del Papa felizmente reinante lugar preeminente, al lado de los similares "Haerent animo" de Pío X, "Ad catholici sacerdotii" de Pío XI y de las encíclicas "Mystici Corporis" y "Mediator Dei". En todos ellos abundan las orientaciones magníficas y luminosísimas acerca de Io que debe de ser Ia vida del sacerdote de Cristo. Por el momento, nos interesa fijarnos en los puntos que nos han parecido más salientes e importantes, teológica y ascéticamente considerados, de Ia Adhortatlo apostólica ad clerum universum pacem et communionem cutn Apostólica Sede habentem: de sacerdotalis iñtae sanctitate promovenda, de 23 de septiembre del pasado año jubilar 1950 (l). Consta el transcendental documento pontificio de una Introducción y cuatro partes.
I N T R O D U C C I Ó N
I. Preocupado el Soberano Pontífice por el estado actual de Ia sociedad, necesitada grandemente de una restauración cristiana, mira con paternal solicitud a que Ia misión del sacerdote entre los pueblos, tan fieramente perseguidos por los enemigos del Evangelio, sea totalmente eficaz; para Io cual es absolutamente imprescindible que los sacerdotes "se destaquen por el fulgor de una santidad insigne y se hagan dignos ministros de Cristo, fieles dispensadores de los misterios de Dios, eficaces colaboradores de Dios, preparados para toda obra buena" (2). Y puesto que, al anunciar el Año Santo, puso sus esperanzas en una renovación general de las costumbres, conforme a los preceptos evangélicos, desea, en primer lugar, que aquellos que son guías del pueblo cristiano aspiren, con alegre esfuerzo, a Ia perfección, para que así animati) (Si) vease "Acta Apostolicae Sedis", vol.- i2 (1950), pag-s. 657, Citas de I Cor,, IV, 1; ( Cor., III, 9; Il Tlm., III, 17.
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