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Mérida, centro de irradiación de formas de vida ascética en el siglo vu
La importancia de Mérida como capital de Ia Lusitânia desde el siglo vi y durante el siglo vii se demuestra sobre todo a partir del hecho de que ella se convierte en centro de irradiación de formas de vida cristiana hacia toda su zona de influencia, que abarcaría muchos kilómetros a Ia redonda. Se crearon sobre todo, en esa zona de influencia, pequeñas iglesias o templos que, regentados por un presbítero o quizás a veces también por algún clérigo menor, se convertirían en centros de irradiación y mantenimiento de Ia doctrina cristiana en las zonas rurales. Ni que decir tiene que Ia difusión debió ser muy grande cerca de Mérida. Sabemos, en efecto, de centros de vida cristiana en Mérida y en Ia zona cercana a Ia ciudad. Pero también debió llegar ese influjo a zonas más alejadas, incluso, como veremos, hasta las perdidas Villuercas, zona montañosa a unos 80 kilómetros al Este de Mérida. De ello tenemos pruebas documentales, arqueológicas, toponímicas y antropológicas. Entre las pruebas documentales, las fuentes más importantes y casi únicas para conocer Ia Iglesia Lusitana en los siglos vi y vii son las Vitas Patrum Emeritensium ' y las Actas del Concilio de Mérida del 66. De ellas y de las Actas Conciliares tomaré
1 Aunque recientemente se ha leído en Ia Universidad de Sevilla una tesis doctoral que es un nueva edición de Ia Vitas, ya publicada, Ia edición aquí consultada es Ia ya clásica de J. N, Garvin, The Vitas Sanctorum Patrum Emeritensium, Washington, 1946.
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