|
De una paráclesis singular y su entorno
Cuando Filóstrato incluye a Dión de Prusa 1 entre los filósofos con merecida fama de excelente orador, está catalogando certeramente a un hombre que había asumido con voluntad Ia obligación de incorporar a los bellos contenidos de su elocuencia Ia divulgación de orientaciones provinientes de su formación filosófica. Bien conocido es que en todo tipo de literatura de Ia época imperial, siguiendo corrientes ya viejas, se encuentra insistentemente una serie, de origen ecléctico, de normas de contenido ético moralizante, destinadas a fomentar los principios guía de Ia recta conducta humana, y el autodominio indispensable para hacer frente a las vicisitudes de Ia existencia. Desde su origen primero, Ia sofística entendió que su misión educativa se asemejaba, en muchos aspectos, a Ia del filósofo, idea que se mantuvo siempre. La simple mención de los títulos de varias obras de Dión de Prusa2 recordarían una serie de temas acordes con Ia extendida intencionalidad formativa aludida. En esta ocasión nos limitaremos a ciertas cuestiones relacionadas con una de las piezas en que Ia intención esencial es lograr Ia moderación del dolor en Ia aflicción. Aunque aparecen en otros discursos alusiones aisladas a Ia fortaleza frente a las contrariedades y placeres de Ia vida, hay algunas en que el autor se ocupa de ello con mayor insistencia y extensión, usando argumentos extraídos de Ia filosofía y reflexiones propias.
1
Cf. VS 486 ss.
2 Así, Or. 14 Sobre Ia esclavitud y Ia libertad, Or. 17. Sobre Ia codicia, Or. 24. Sobre Ia felicidad, Or. 27. Sobre ¡o que sucede en el symposio, Or. 66. Sobre Ia gloria, Or. 68. Sobre Ia opinión, Or. 69. Sobre ¡a esclavitud, Or. 71. Sobre e/filósofo, Or. 72. Sobre Ia apariencia personal, Or. 80. Sobre Ia libertad, etc.
|