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Nuevas perspectivas metodológicas en dialectología griega
Cuando Heinrich Ludwig Ahrens * en 1839 inauguró el estudio moderno de los dialectos griegos, se encontró con Ia desagradable sorpresa de tener que conectar sus investigaciones con antiguos trat,ados, —medievales los menos arcaicos—, compuestos por los propios griegos y exhibidores de una doctrina pasmosamente común a todos ellos. Coincidían absolutamente en Ia división del griego en cuatro dialectos, dórico, eólico, jónico y ático, de una manera general. Pero, admitido sin reservas el particular parentesco del jónico y el ático, los dialectos griegos quedaban reducidos a tres grupos principales, dórico, eólico y jónico-ático. Esta es Ia clasificación aceptada no sólo por Ahrens, sino, más tarde, también por Meister, Hoffmann y Thumb. Bien es verdad que Thumb y Kieckers hicieron una definición geográfica de los dialectos, aplicándoles nueva terminología (griego occidental, griego central y griego oriental), pero, en el fondo, bajo los nuevos nombres se ocultaban las tres viejas especies lingüsticas 2. El arcadio, que había quedado un poco mal parado en el trabajo de Ahrens, quien Io consideraba dialecto dorio, porque no contaba con ninguna inscripción importante redactada en este dialecto, ocasionó dos modificaciones clasificatorias importantes: Ia primera consistió en Ia división que hizo Hoffmann del nuevo sustituto del eólico, el aqueo, en aqueo del Norte y aqueo del Sur. Incluía el pri1 H. L. Ahrens, De Graecae linguae dialectis, I De dialectis aeolicis et pseudoaeolicis (Gotinga 1839) II De dialecto dórica (Gotinga 1843). 2 Cf. A. López Eire, 'Panorama actual de Ia dialectología griega', ECtós 54 (1968) 287-305.
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