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GARUO-GuEMBE, Miguel M., La comunión de los Santos. Fundamento, esencia y estructura de Ia Iglesia. Versión española de Claudio Gancho (Barcelona: Herder 1991) 352 pp. El profesor español de Teología ecuménica de Münster, y director de Ia sección 11 del Instituto ecuménico: Iglesia Orientales, nos ofrece en esta obra una amplia e interesante exposición de Ia moderna eclesiología en sentido ecuménico y, por tanto, desde una reflexión católica abierta a Ia realidad cristiana. El título expresa claramente Ia tesis fundamental del autor a Ia hora de preguntarse y tratar de descubir qué es Ia Iglesia, quién Ia fundamenta y cuál es su esencia globalmente y estructura. Su categoría preferida como punto de partida para una visión global de Ia eclesiología, pues, es Ia de comunión. Y aunque es sabido que Ia naturaleza de Ia Iglesia es tal que admite siempre nuevas y más profundas investigaciones, el concepto de comunión, ya puesto de relieve en los textos del Vaticano II (Lumen gentium, Dei Verbum. Gaudium el spes y Unitatis redintegratio), es muy adecuado para expresar el núcleo profundo de Ia Iglesia y puede ser una clave de lectura para una renovada eclesiología. El Papa Juan Pablo II ha subrayado que el concepto de comunión está «en el cora/.ón del autoconocimiento de Ia Iglesia», en cuanto misterio de Ia unión personal de cada hombre con el Dio Trino y con los otros hombres, iniciada por Ia fe y orientada a Ia plenitud escatológica de Ia Iglesia celeste. Ahora bien, para que Ia categoría comunión pueda servir como clave interpretativa de Ia eclesiología, ha de ser entendida en el marco de Ia enseñanza bíblica y de Ia tradición patrística. La Iglesia es comunión de los Santos conforme Ia expresión tradicional que se encuentra en las versiones latinas del Símbolo Apostólico desde finales del siglo IV. El profesor Garijo, tras un primer capítulo introductorio, 'credo Ecclesiam', en el que interpreta el lugar de Ia Iglesia en Ia confesión de fe, subraya que, partiendo de Ia confesión de fe. está claro que sólo puede entenderse Ia eclesiología en conexión con Ia pneumatología y como consecuencia de Ia misma. La Iglesia no se deja comprender sin el Espíritu Santo, y, por tanto, sólo como acción y efecto del mismo Espíritu puede ser entendida. Por Io mismo, el lugar de Ia Iglesia en Ia confesión de fe implica una perspectiva esencial para Ia eclesiología y que toda teología ha de respetar: Ia perspectiva pneumatológica (p. 23). Pero ésta, con todo, no debe ser separada de Ia cristologia. Subraya el A(utor) que Ia eclesiología tradicional católico-romana siempre destacó, de manera preferente, Ia importancia de Ia Iglesia como institución, y con ella Ia importancia del ministerio, en el que es decisivo el elemento cristológico y que Ia protestante, por su parte, acentuó el elemento pneumatológico: pero fue Ia teologías ortodoxa, precisamente, Ia que buscó una síntesis de ambos elementos. Para el profesor de Münster, para llegar a una visión auténticamente 'católica' de Ia Iglesia es necesaria una visión conjunta de ambos elementos, como ocurre en Ia Lumen gentium, que ha reelaborado Ia tradición sobre Ia Iglesia en una continuidad creativa: doctrina a Ia
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