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CRITICAS A LA INQUISICIÓN POR JUDAIZANTES CASTELLANOS Desde su primitiva actividad en el sur de Ia península, Ia Inquisición española no gozó, como era de esperar, de ninguna simpatía popular, en especial por parte de los judeoconversos y judaizantes. Muchas son las páginas que se han escrito sobre tan discutible Tribunal y acerca de los métodos que empleó. En Ia historiografía moderna se encuentran las más variadas —y en ocasiones divergentes— opiniones y teorías. He aquí sólo algunos ejemplos ilustrativos: Ia postura radical de B. Netanyahu1 cuando mantiene que Ia finalidad de Ia Inquisición era degradar, empobrecer y arruinar Ia influencia de los judeoconversos en todas las esferas de Ia vida, aterrorizarlos y desmoralizarlos individual y colectivamente, destruirlos tanto desde el punto de vista psicológico como físico para impedir que volvieran a ser un factor de importancia en Ia vida española. H. Kamen2, por su parte, opina que «la Inquisición no era ni más ni menos que un arma clasista utilizada para imponer sobre todas las comunidades de Ia península Ia ideología de una clase, Ia aristocracia eclesiástica y seglar. En Io sucesivo, sus creencias e ideales habían de ser Ia norma de Ia vida castellana: en el mejor de los casos floreció en Ia espiritualidad heroica, en el peor degeneró en el más dañino de todos los racismos: el racismo de una clase única». O, por traer un último, tercer e ilustrativo ejemplo, A. Castro destacaba el aspecto religioso esencialmente personal, cuando indicaba que los «cristianos nuevos de ascendencia semítica tomaron una de estas tres direcciones: exceder en celo a los
1 The Marranos ofSpaín, New York 1966, p. 4. 2 La Inquisición española, Madrid 1973, p. 20. 3 Hacia Cervantes, Madrid 1967, p. 342. De «durísima» y «nada conforrne con el espíritu evangélico» califica a Ia actividad inquisitorial A. Domínguez Ortiz, Los judeoconversos en España yAmérica, Madrid 1971, p. 30.
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