|
La condición potestativa es tema resuelto en el pktno de Za doctrina, pero en Zo práctica forense se presenta erizado de dificultades, porque el juez tiene que asegurarse de que se trata de una verdadera condición y no de alguna de Zas figuras afines —p.e. el modo, el postuia,do, el prerrequisito, que no afectan al consentimiento—. Si además Za condición deducida en juicio por el actor tiene un desarrolk> prok>ngado porque consiste en una serie sucesiva de actos u omisiones, hay que fijar Za atención en Za conducto deZ obligado, ya para conjeturar Za existencia de Za condicion, ya para verificar su cumplimiento. La Ponencia del Viceprovisor barcek>nes Xavier Bastida Canal que damos a conocer a continuación se enfrenta con esos problemas mediante un detenido estudio de Zas personas y un pormenorizado examen de Zas deposiciones testificales, llegando a Za conclusión de que no consta Za nulidad del matrimonio por no constar suficientemente de haber sido puesta una verdadera condición.
|
|
Puesta esta condición potestativa —perpetua o para un tiempo indefinido— Io que invalida el matrimonio es que Ia promesa hubiera sido fingida; pero esto no puede inferirse del simple hecho de su incumplimiento postnupcial, ya que «cum deambulatória sit hominum voluntas», en tal caso se presume que Io que ha variado ha sido Ia voluntad de quien se comprometió (así razona, con una cita de otra anterior, Ia c. De Jorio, de 30.11.1965, SRBD, LVII, p. 873, núm. 6). Para discernir si en realidad se dio verdadera condición, ayuda el criterio de ver cómo se comportó quien Ia puso, una vez descubierto su incumplimiento (ver Ia antes citada de Sabattani, de 15.1.1965, p. 54, n. 3, c), aunque tratándose de estas condiciones potestativas no hay que urgir demasiado el criterio postnuncial del comportamiento de quien puso Ia condición, ya que Ia plena persuasión de su incumplimiento puede exigir algún tiempo y puede abrigrarse Ia esperanza de que aún se verá cumplida más adelante; aparte de que puede incluso ignorarse que tal incumplimiento de Ia condición comportó Ia nulidad del matrimonio (así se expresa Ia misma sentencia, núm. 6). 11.—En fin, se podría compendiar Io que Uevamos dicho a propósito de Ia condición a que aquí nos atenemos, con las siguientes precisas palabras que leemos en Ia c. Pinto, de 6.5.1974 (publicada en Mon. Eccles., l977-III, pp. 271-79): «In conditionibus primum locum voluntas apponentis obtinet eaque regit conditiones (cfr. D. 35, 1, 19). Quamobrem, quum sermo est de conditione potestativa, cuius nempe exsecutio de re agenda vel omittenda a sola et Ubera volúntate compartis pendet, ex mente apponentis videndum est an circumstantia a qua consensus matrimonialis dependet sit sincera obligationis adimplendae promissio, ut plerumque accidit (conditio de praesenti), vel an sit obligationis adimplementum (conditio de futuro), quo in casu iterum constabiliendum est an velit ut matrimonium statim validum sic maneat, perseverante adimplemento, eiusque vinculum solvatur, adimplemento cessante (conditio resolutiva), vel an potius voluerit ut nuptiae non valerent ante
|