SUMMA. Repositorio Institucional

REDC 66 (2009) 587-614 ACTUALIDAD DE LA INICIACIÓN CRISTIANA EN LA PARROQUIA Mucho se ha discutido y se sigue discutiendo sobre el orden de la administración de los sacramentos de la iniciación cristiana. No se trata principalmente de hacer valer una teoría o una práctica pastoral sobre otra por razones de ideología o de conveniencia, sino de encontrar la respuesta a las necesidades de los fieles en el momento presente. El Papa Benedicto XVI, al reflexionar sobre el orden de los sacramentos de la iniciación, no es ajeno a este debate y plantea abiertamente la necesidad de revisar la materia. Pide para ello que «en estrecha colaboración con los competentes Dicasterios de la Curia Romana, las Conferencias Episcopales verifiquen la eficacia de los actuales procesos de iniciación, para ayudar cada vez más al cristiano a madurar con la acción educadora de nuestras comunidades, y a asumir en su vida una impronta auténticamente eucarística, que le haga capaz de dar razón de su propia esperanza de modo adecuado en nuestra época (cf. 1 P 3,15)»1. En no pocas diócesis de USA y Canadá el término «restored order» (orden restaurado) se ha acuñado recientemente para referirse a la práctica de administrar el sacramento de la Confirmación a aquéllos que, habiendo sido bautizados en la infancia, son admitidos a la recepción de la Primera Comunión. La expresión significa que hay una vuelta a la secuencia original e implica que la Confirmación no sea simplemente un «rito de paso» hacia el adulto cristiano sino una parte de la iniciación cristiana ordenada hacia la recepción de la Eucaristía. En la práctica más generalizada los dos sacramentos —Confirmación y Eucaristía— son recibidos en la Misa de la Primera Comunión, la Confirmación inmediatamente después de la homilía. En un estudio realizado en el año 2005 por la Directora del departamento de Evangelización y Catequesis de la diócesis de Fargo (Dakota del 1 Benedicto XVI, Exhortación apostólica postsinodal Sacramentum caritatis, obre la Eucaristía fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia (22-II-2007), n. 18.

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