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Salmanticensis 59 (2012) 291-380
Abadologio del Monasterio de San Vicente de Salamanca (siglos Xiii-Xix)
Ernesto Zaragoza Pascual
Académico C. de las RR. AA. de la Historia, de Bones Lletres y de San Rosendo
Introducción El monasterio benedictino de San Vicente de Salamanca, situado en un arrabal del NO de la ciudad, sobre un cerro de poca elevación, perpendicular al río Tormes, en el vértice del ángulo interior de la antigua muralla fue el santuario más antiguo de la ciudad, fundado en fecha desconocida para nosotros a causa de la falta de documentación, debido a los incendios que sufrió su archivo. Parece ser que su fundación se remonta a los tiempos visigodos –aunque no quedaron vestigios visigóticos–, pues sabemos que fue destruído por los árabes y reconstruído en el siglo XI. El primer documento que le nombra es el de su donación a la abadía borgoñesa de Cluny, hecha por el rey Alfonso VII y su esposa Dña. Berenguela en Nájera, a Pedro el Venerable, el 29 de octubre de 1143 y ratificada por el papa Celestino II por una bula suya el 24 de febrero de 1144, que dice que hasta entonces había sido servido por canónigos regulares, suponemos que de la regla de San Benito, del Concilio de Aquisgrán o de san Agustín. El motivo de la donación fue la revitalización de la vida monástica, ahora benedictina, según los usos y costumbres de Cluny, que asignaba las rentas a cada uno de los oficios claustrales, de manera que no podía haber más monjes que oficios, excepto los que se preparaban para cubrir las vacantes de los mismos. Mas como sus rentas nunca fueron muchas, llevó una existencia lánguida, con sólo cuatro o cinco monjes de comunidad, aunque entre ellos se cuenta al venerable Zoilo o Zoles (S. XIII) de gran devoción popular en el siglo XVI, según atestigua el P. Yepes. El 4 de enero de 1222 el monasterio obtuvo el real privilegio de poblar el gran terreno comprendido
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